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Baroness hecha con IA

Los oriundos de Georgia, Baroness, regresaron a los escenarios tras seis años, a Buenos Aires. La banda referente de sludge metal presentó su más reciente álbum, «Stone», junto con clásicos que hicieron vibrar a sus seguidores. El hype que generó entre sus fanes fue el mayor protagonismo de la noche, consecuencia de la fusión del virtuosismo musical de sus integrantes, creando una experiencia envolvente y dinámica.

Monje: oscuridad y densidad desde el doom metal

La noche comenzó con Monje, una de las bandas locales más fuertes de doom metal. Sumergieron a los asistentes en una atmósfera oscura y densa. Sus riffs, pesados y con una presencia escénica imponente, lograron captar la atención del público y preparar el ambiente para la llegada de Baroness. Por momentos, las voces desgarradoras de Mati, al frente de la banda, se fusionaban con las imágenes de fondo, un video compacto con registros del cementerio de la Chacarita. Las luces y el ambiente ofrecieron el clima perfecto para la presentación. El setlist ofreció incluso dos temas inéditos, dignas herramientas para machacar cabezas. Su presentación finalizó a las 21:00 hs.

Baroness en vivo: entre pasajes progresivos y sludge puro

Las luces se atenuaron y los sintetizadores marcaron el inicio del show. Uno a uno, los músicos aparecieron en el escenario entre un denso humo. La luz iluminó el lugar y los primeros acordes retumbaron con «Last Word» y «Under The Wheel». La respuesta del público fueron vitores y agite. Desde el primer momento, John Baizley y compañía demostraron que su regreso al país no sería simplemente un reencuentro con su público, sino una auténtica celebración de su música. Baroness largó sus clásicos, recorriendo su discografía e incluyendo a «Stone», dando lugar a un show que fue creciendo en intensidad.

Uno de los momentos más memorables de la noche fue cuando un fan subió al escenario a tocar «March to the Sea», cumpliendo un sueño al compartir escenario con la banda. Ocupando el lugar de Gina Gleason y recibido por el resto de la banda con mucha calidez y cercanía, Martín José tocó como si con la banda ya hubiese ensayado, aunque Baizley aseguró que nunca habían tocado juntos. La noche continuó con una serie de temas que alternaban entre pasajes melódicos y explosivos estribillos, generando frenéticos mosh pits en la pista. Canciones como «Shock Me» y «War, Wisdom and Rhyme» encendieron al público, mostrando el equilibrio perfecto entre la melodía emotiva y la fuerza arrolladora que caracteriza a la banda.

La intensidad instrumental fue uno de los puntos más altos del show. La combinación de las dos guitarras, los bajos profundos y la batería demoledora crearon una muralla sonora que se extendió por todo Uniclub. Temas como «The Sweetest Curse» y «Chlorine & Wine» mostraron la faceta más emotiva del grupo, con armonías vocales que sumergieron al público en una experiencia casi hipnótica.

Sin embargo, la explosión definitiva llegó con «The Gnashing», tema que convirtió el recinto en un verdadero caos de energía. Luego de una breve retirada del escenario, la banda regresó ante la ovación del público, entregando un cierre espectacular con «Isak» y «Take My Bones Away», dos himnos que desataron la locura final.

Baroness reafirma su poder en vivo

El regreso de Baroness a Argentina fue una celebración de potencia, melodía e intensidad instrumental. Con un setlist equilibrado entre su nuevo material y sus clásicos, la banda demostró por qué sigue siendo una de las más respetadas en el sludge y progressive metal. Su conexión con el público argentino quedó más que clara, dejando en evidencia que su música sigue resonando con fuerza. Uniclub fue testigo de una noche vibrante y catártica, en la que Baroness no solo reafirmó su lugar en la escena, sino que dejó la puerta abierta para un próximo regreso que, sin dudas, será aún más esperado.

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Facundo Rodriguez

Fotógrafo. Ex estudiante de cine y FX. Fan de la ciencia ficción y la literatura fantástica. Cada tanto escribo sobre lo que me gusta. No importa la rama del Metal, siempre que haya Metal sonando.

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