Hace 40 años estallaba «el tiempo del metal»

La historia cuenta que un 10 de abril de 1983 salía a la luz la obra embrionaria del Heavy Metal Argentino. Aquel día, la conjunción Zamarbide-Civile-Iorio-Rowek puso sobre la mesa de miles de jóvenes incomprendidos y excluidos «Luchando por el Metal». Significaba la llegada del disco fundacional de la escena del Metal Latinoamericano.

El contexto

Eran otros tiempos en nuestro país y nuestro continente. Las dictaduras coartaban las libertades individuales y dejaban a miles en las calles. Las economías nacionales quedaban encadenadas al neoliberalismo, excusándose bajo un fantasma que nunca fue tal. El objetivo era claro: entregar una región con gran potencial al gran amo financiero, y al que no le guste: picana, cárcel o exilio. Aun hoy sufrimos las consecuencias.

La guerra de Malvinas también fue un ingrediente clave de ese caldo de cultivo para una juventud desencantada y desesperanzada. V8 nace en ese marco, como una respuesta a ese conglomerado socio-político y económico. Lo hacen desde abajo, incomprendidos y con muy pocos recursos.

«Luchando por el Metal» se grabó por medio de un sello independiente, llamado Audiomagnética (luego Umbral), para nada relacionado con el Rock. Muy por el contrario, era un sello dedicado a editar grupos de cuarteto, contadores de chistes y discursos de Eva Perón. «Para nosotros significaba una buena oportunidad, sabíamos que iba a ser imposible grabar en las grandes compañías siendo heavys», recordaría Zamarbide tiempo después.

Así en un lapso de 27 breves pero intensos minutos, se lograron condensar en los estudios de los hermanos Vitale la bronca de un verdulero, del sereno en una galería, de un repartidor de vinos y de un tintorero. El bramido del motor de un Torino anticipaba lo que se vendría a continuación, el primer himno del Metal Nacional: «Destrucción». Esta arremetida escrita por Gustavo Rowek viene a significar al Metal Nacional, lo que significó «La Balsa» de Los Gatos al Rock Nacional. La piedra angular. Tocado hasta el hartazgo por toda banda de Metal que quiera hacer un poco de proselitismo con su público.

Un manifiesto

Pero no todo es «Destrucción» en este disco, aquel tema escrito por un adolescente Rowek en el recreo de su tedioso trabajo. Otra de las gemas en este álbum es sin dudas «Brigadas Metálicas», pensado inicialmente como la proclama del disco. Temas como «Si puedes vencer al temor», «Parcas Sangrientas» o «Angeles de las Tinieblas» ya comenzaban a adelantar la pluma delicada y filosa de un joven Iorio. Al respecto recordaría Zamarbide hace unos años: “Ricardo, muy líder en su pensamiento, escribió manifiestos del metal. Desde sus comienzos en la banda, quiso fijar las bases del movimiento. No pensaba en V8, sino en darle un himno y una bandera al movimiento heavy. Pero el himno de la banda terminó siendo ‘Destrucción’, de Rowek. Ricardo se debe seguir puteando a sí mismo hasta el día de hoy, jajaja!”.

Si vamos a lo estrictamente musical, las dos principales influencias compositivas son muy marcadas. Vamos desde la pesadez melancólica y terrorífica de Black Sabbath a la velocidad y la rudeza de Motörhead. El objetivo estaba claro: ¡Cortar con tanta dulzura! «Basta de hippies / basta de llorar / estalló el tiempo del Metal» reza el estribillo de «Tiempos Metálicos», mientras Piero cantaba «Manso y Tranquilo» y Nito Mestre «Quiero ser parte de tu amor». Según el legendario Pappo, los que llegaron «para ablandar la milanesa».

La sociedad con Pappo

Y en todo esto el Carpo tuvo mucho que ver. Cierta tarde decidió aceptar la invitación en Parque Sarmiento de un joven Beto, para presenciar un ensayo de su nueva banda. Luego de escuchar el demo de cinco temas que este le acercó, se dio cuenta que había algo, y encaró hacia Chacarita. Llegado al lugar entendió que no estaba solo en su pelea contra los «ablandadores» del género, y puso como condición para participar en el B.A. Rock ’82 que V8 sea de la partida. El resto es historia conocida: V8 participó, y se ganó el amplio repudio de los pseudo hippies. Iorio les deseó la muerte a todos los presentes, Civile repartió guitarrazos a mansalva, Zamarbide suministró algunos golpes de puño. Pero su fuerte personalidad y su mensaje vanguardista, para una movida cada vez más conformista, los disparó a ser una banda de culto.

V8 en el B.A. Rock ’82

Así comenzaron a generar un buen séquito de seguidores, las denominadas «brigadas metálicas», muchos de ellos seguidores de Riff. Para la salida de «Luchando por el Metal», la ambiciosa idea fue reunirlos a todos en Barrancas de Belgrano, para sacar una gran foto que quede plasmada en la portada. Pero esta iniciativa quedó truncada cuando en el momento de la producción irrumpió la policía en el lugar, y todos fueron llevados a la Comisaría 33º, en calidad de detenidos. Resultado final: La portada quedó con un fondo negro, con el logo al medio, en señal de protesta.

A pesar de todo, «Luchando por el Metal» se convirtió en la piedra angular del Metal Latinoamericano, y la referencia por músicos de las más diversas coordenadas del globo. Desde los hermanos Cavalera de Sepultura, que agradecen a V8 en el disco «Morbid Vision», hasta los Lujuria de España que grabaron una gran versión de Destrucción, pasando por bandas como Barón Rojo, Leprosy, Masacre, Chopper o Dorsal Atlántica que participaron del tributo de 2001 producido por Nems. Todo esto bajo un titulo que ya es un lema: «V8 no murió»!

La obra en cuestión:

Compartir:

Agustin Di Mauro

Licenciado en Ciencias de la Información (UNC), especializado en medios gráficos y digitales. Redactor y editor de Vientos de Poder desde 2012. Melómano apasionado del Metal. ¡Más Judas Priest, menos Poison!

Un comentario en «Hace 40 años estallaba «el tiempo del metal»»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *