Crónicas

Uada: Negro Crepúsculo sobre Buenos Aires

Arribamos a la puerta de Uniclub pasadas las 19.30 y luego de un cordial encuentro con colegas de prensa y los intrépidos fotógrafos y fotógrafas que trabajaron en el evento, se nos dio acceso a la sala. Al ingresar, estaba preparada la atmósfera para el show de apertura de los locales Wolve’s Winter. Oscura música suave, luz tenue y mucho vapor de hielo seco antecediendo el inicio del ritual de los lobos y una noche que desgarraría nuestras mentes.

Wolves’ Winter, oradores del Mal

Se abrió el telón a las 20.15hs y explotó el primer tema. Puro blastbeat, con una iluminación intensa, sangrienta, que dejaba ver una siniestra y litúrgica puesta en escena. Calaveras y huesos reales, velas rojas, los músicos portando como vestiduras túnicas encapuchadas, dando comienzo a su ritual. Su imponente vocalista lucía su característica y muy realista máscara de cráneo con lentes de contacto blancos y una corona enorme, que representa el reinado y poder absoluto de la muerte sobre los vivos. Brutales aullidos y oscuras melodías blackmetaleras nos trajo Wolves’ Winter. Haciendo un repaso por su más reciente material, demostraron una ejecución musical y precisión técnica únicamente equiparable a su increíble puesta en escena. Se trata de un Black Metal siniestro y ocultista. Pero el grupo de Buenos Aires se aleja del sonido «Raw» o tradicional de la vieja escuela.

 Brindaron una calidad de audio y una brillante prolijidad en la ejecución y la composición. Demuestran estar a la altura del paradigma contemporáneo internacional del género, pero sin caer en las modas del mainstream. Capturaron la atención de un público que quedó totalmente embrujado por el ambiente y la actuación del frontman, disfrutando las obras del “Qayin Coronatvs”.

Wolves’ Winter en vivo antecediendo a Uada
UADA, zenith absoluto del mal

Se da a lugar un breve intermedio mientras esperamos la largada de Uada. Tras una oscura e inquietante introducción detona el inicio de su setlist a las 21.20 horas. Desde el comienzo nos llama la atención la propuesta visual del grupo, sumidos en una total penumbra, con la sala llena de humo y en completa oscuridad. Las únicas luces emergen desde sus espaldas, generando un turbio contraluz, como si fueran iluminados por una luna creciente. 

Con toda la furia los alaridos de su vocalista, guitarrista y fundador Jake Superchi enardecieron a los atónitos fanáticos. Apenas vislumbrante las siluetas a contraluz de los músicos, quienes vestían el más sobrio uniforme negro de pies a cabeza, portando guantes y capuchas. Nos indujeron a un oscuro trance cargado de un épico dramatismo.

Uada estremeciendo la noche porteña

Los oriundos de Oregón hicieron un despliegue teatral y una atmósfera que se mantuvo todo el show. Mientras, presentaban sus últimas canciones del reciente álbum «Crepuscule Natura», como también de sus discos anteriores ya muy difundidos. Arrolladora energía entregando un estilo de Black Metal actual con pasajes melódicos y mucho trabajo contrapuntístico a dos guitarras, generando sombrías armonías, combinados con otros momentos más extremos recordándonos quizás al Black Metal europeo más técnico de segunda mitad de los ’90. Agudos gritos y aullidos con una estática oscuridad nos metieron en una nebulosa astral, siniestra, con segmentos ambientales y hasta de un moderno Post-Black Metal.

Una perpetua penumbra

No hubo interacciones con el público, excepto un momento donde el frontman le llama la atención a alguien que estaba filmando utilizando un fuerte flash, o celebrando a otro fan que estaba en llamas cantando a coro y saltando entre la notable quietud de la audiencia. El setlist se desarrolló de forma ininterrumpida, con los Uada siempre metidos en sus personajes. El mismo se extendió hasta las 22.30 horas, hechizándonos con un show repleto de un paradigma sonoro fresco del actual Black Metal, por momentos melódico, por momentos más extremo. 

Uada nos dejó perplejos ante una constante y perpetua penumbra, culminando un show muy esperado para el público extremo, quienes nos fuimos reflexionando sobre la propia oscuridad que reside en nuestro interior.

Crónica: Ismael Pérez
Fotografías: Sabbra Cadabra

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Redacción

Esta nota fue redactada en colaboración por varios miembros de este medio.

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