La H no murió: Emocionante tributo a la leyenda del Metal argentino, Hermética
La H no murió, destacada banda tributo a Hermética, se apoderó del escenario de XL Abasto para ofrecer un recital cargado de emociones y nostalgia. El Tano Romano en la guitarra y Claudio O’Connor en voz, cumplieron con creces al entregarnos la poesía de una obra inmortal creada por Ricardo Iorio y personificada en este show.
Buscando razón
La apertura del show fue con Xicarios, una sobria banda que ellos definen como punk rock pero de los que se siente sabor a stoner. Su propuesta cumple. Continuaron los veteranos Maza, muy sólidos musicalente, especialmente el bajista que parecía recién salir del trabajo. De todas formas, cuando el talento supera la pinta, la camisa a cuadros de oficina no importa.
Evitando el ablande
La velada comenzó con un emotivo video homenaje a Ricardo Iorio, creador de Hermética, presentando imágenes inéditas que sirvieron como el toque nostálgico que marcó el tono de todo el evento. El recital fue una montaña rusa de emociones, con la audiencia entregándose por completo, cantando y saltando en cada canción. La melancolía flotaba en el ambiente, y la pasión era palpable en cada acorde.
Son demasiados temas impecables los que creó Iorio, es difícil describir cuáles fueron los mejores momentos porque la vara siempre está muy alta. Aún así, la euforia máxima se vivió con interpretaciones de clásicos como «Vientos de poder», «Evitando el ablande», «Gil trabajador» y «Masa anesteciada». En canciones potentes como «Olvidalo y volverá por más», «Otro día para ser» y «Robó un auto» el público vibraba como un tsunami humano.
El punto fuerte llegó durante su himno indiscutible, «Tu Eres su Seguridad». La audiencia coreó cada palabra y cada riff, creando un momento de comunión espiritual. Yo no sé si Dios existe, pero si hay un más allá, Ricardo sintió la vibra de este cierre perfecto donde el público fue parte de la interpretación.
Deja de robar
La guitarra demoledora del Tano Romano no decepcionó, con riffs devastadores que mantuvieron la intensidad característica de Hermética. La voz de Claudio O’Connor, aunque tocada por el paso del tiempo, estuvo a la altura del legado, cumpliendo con la esencia de la banda. A pesar de algunos problemas técnicos, como constantes inconvenientes de sonido y una ecualización desigual, el espectáculo mantuvo la potencia que los caracteriza.
Fue una noche de pura emoción y piel de gallina, dejando a aquellos que crecieron con la obra de Ricardo Iorio completamente satisfechos. Sin embargo, queda claro que para un nuevo espectador, comprender el fenómeno que fue la banda más grande del Metal nacional resulta difícil de captar en su totalidad si nos basamos en esta noche. La H no murió, por una noche, revivió la leyenda y recordó a todos por qué Hermética sigue siendo una influencia imborrable en la historia del Metal argentino.
Fotazas: José Ormeño
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