Manifiesto esgrimió la guadaña del Thrash Metal en El Teatrito

El pasado sábado fue testigo de una velada excepcional de exponentes de Thrash Metal del underground argentino. A cargo de Icarus Music, Manifiesto, banda de Thrash Death Metal del underground que lleva 26 años en el frente de batalla, celebró sus años con un repaso de su discografía. Una fecha como pocas, que finalizo poco antes de la medianoche.

Los invitados de la jornada: Grito, Tempesthrash y Sagras

Para las 19 horas las puertas se abrían ante los primeros devotos que arrojaban sus latas, ya vacías, en la vereda. Quince minutos más tarde sube al escenario Grito, para dar la primera «Maldita Satisfacción» de un Thrash Metal cargado de líricas pesadas, locales. Orientadas a temas sociales y políticos, presentaron un tema nuevo y cerraron con dos covers, de Kreator y V8. Si bien la concurrencia para el horario de la banda fue escasa, no los desmotivo un segundo, tocaron con violencia hasta el último acorde y se fueron convenciendo al público con su material, breve, pero de buen sonar.

Una hora después de la apertura de puertas y con un número de asistentes un poco más sólido, se abre el telón otra vez y sale Tempesthrash. Salen fuerte, con «Pensar», «Daño» y «Camino al Infierno». Empezaba a haber una cuota de agite entre el público, que entre tema y tema vitoreaban «¡Tem-pres-thrash! ¡Tem-pres-thrash! ¡Tem-pres-thrash!« acompañando a la banda en su presentación. Con «La Ira de Dios», «Decadencia» y «Condenado» cerraban su presentación de cuarenta minutos.

Pasan 10 minutos del cierre de Tempesthrash y faltan 10 minutos para las 21 horas, cuando Sagras sale a escena. Rock pesado, Heavy, Thrash, lo que le quieras poner, le queda bien. Arranca «Alienistas» y comienza un agite de cabezas y headbang tanto arriba como debajo del escenario. Ya hay varias remeras del grupo entre el público, que hacen el aguante en «Jinetes del Apocalipsis», «Psicofonías» y «El Craneo del Rey». El show cerró pasadas las 21.30, tras una pesada dósis de headbang.

Manifiesto Thrash

21.50 se apagan las luces y se abre el telón por última vez. No hay nadie en el escenario, suena una introducción mientras los músicos de Manifiesto van saliendo a escena. Primero salen Gustavo y Cristian, a cargo de las guitarras. Los siguen Daniel y Esteban, bateria y bajo respectivamente. Por último, sale Jorge Armada, al frente de la banda, con su característico carisma de frontman. Entre aplausos y vitores, con los músicos alzando cruces inversas y haciendo el característico gesto de cuernos al aire, la intro termina y «Entre Cenizas» empieza a sonar ferozmente. Siguieron «Cacofonía» y «Tierra de Caos». No hay pausas, más que algunas hermosas dedicatorias a la cabeza del Jefe de Estado.

Hace su aparición el primer personaje en escena, lo que aparenta ser una interpretación muy Thrash, muy «Sodom» de la muerte: pantalones cargo, correas de balas en cruz a lo largo del torso, máscara de gas y un cráneo en la mano. Acompañando la puesta en escena con las luces y el fondo gráfico colmado de tumbas, suena «El Rostro de la Inquisición». Hay una evolución notoria en Manifiesto, una vara de nivel que se autoimponen y que demuestran que a pesar de no estar tan presentes como muchas otras bandas nacionales en los shows, tienen material de primera.

Lento descenso hacia la locura del Manifiesto metalero

Manifiesto entiende que no es una cuestión de acaparar, sino también de dar lugar a quienes crecen y vienen después. Con esa cuota de humildad en la escena suben a Elías al escenario. Vitoreado por la gente, apodado entre cánticos como «¡El Pibito! ¡El Pibito!» el muchacho de 17 años acompaña a Jorge en las voces de «A la Mierda el Sistema». Siguieron Confesión, «Lento Deseso a la Oscuridad» (de mis favoritos de la noche) y «Suplicio». En escena apareció lo que voy a nombrar como un Cura Pagano, por darle un nombre, destrozando una Biblia y arrojando sus hojas al público.

Nos dieron el gusto de escuchar «El Ominoso», uno de sus temas nuevos que compondrá su próximo trabajo de estudio, y tras sonar «Atormentado», la banda hizo una pausa. Mientras tanto un video que recordaba a los amigos y seres queridos cercanos a la formación que ya no están tenía su apropiado lugar. Y eso fue solo el primer corte. Porque aún faltaba medio show.

Una condena escrita y dictada por el Thrash Metal

Faltaba poco para el cierre, pero aún había más. La banda vuelve a salir y no se tarda ni se anda con pavadas: acá suena Thrash, despiadado y lacerante, que no da lugar al ablande. «Escapar o Enloquecer» arranca, y al metal no se le escapa. Comienzan una serie de pogos desenfrenados, incluso lo veo pasar a Elías corriendo hacia el centro desde donde me ubiqué para seguir viendo y fotografiando el show. Arranca «Bajo La Ley de Talión», punto álgido de la noche, y la monada se descontrola completamente. «Sin piedad, sin sentimientos, lleno de rencores» reza el tema que le da nombre a su último trabajo de estudio. Para el cierre de la noche, «El Santo Negro», «Avaricia» y «Redención» fueron las elegidas. Por supuesto, acompañados del invitado definitivo: La Muerte.

Necesitamos a veces darle vuelta la cara a lo más mainstream. Hay elementos en el Under que hacen de la escena una de las mejores que se pueden encontrar en todo el movimiento metalero. En este caso, si bien el Teatrito no reventó, hubo tanta gente como en Abbath, Nile y otros exponentes extremos. El aguante del público hace que la escena crezca. Fechas como estas, de más de cuatro horas, donde uno de los portaestandartes del Thrash Metal del Under como lo es Manifiesto tienen más de treinta minutos para desarrollarse, dan gusto de ser presenciadas. No hubieron problemas de sonido. No hubieron demoras. Hubo una convocatoria excelente y una puesta en escena magnífica. ¿Qué más podemos pedir?
Desde Vientos de Poder, agradecemos a Icarus Music y a Marcela Scorca por permitirnos presenciar un ejemplo a seguir a la hora de realizar una fecha de Metal nacional.

Cronica y Fotografías: Facundo Rodriguez