Max Cavalera sacude al público cordobés
La velada metalera comenzó temprano para algunos pocos que llegaron al recinto alrededor de las 20:30hs cuando comenzaron los acordes de las primeras bandas soporte. Los encargados de preparar el festín musical para abrir el apetito a la llegada de Max Cavalera fueron 3 de Copas y Eterna Agonía. Estas dos bandas están en el ambiente desde hace tiempo y sus propuestas son bien conocidas: un hard rock intenso (sin voz) en el primer caso y trash con tintes death en el segundo.
Por fin sube al escenario el ícono latino del trash metal internacional: Max Cavalera, acompañado por Soulfly. Talvez no sea justo presentarlo de esa forma, pero así es como se siente. El brasilero es un showman que agita a su público, dirige, ordena e indica mientras la banda a sus espaldas es la orquesta que lo acompaña.
Comienza el repertorio y encontramos temas del nuevo disco Archangel. Max no decepciona y entrega también conocidos de Soulfly como Prophecy y No hope = no fear. Pero muchos están allí para escuchar las canciones de Sepultura a las que dio vida y no las enumera al final de su presentación, sino que intercala Territory, Refuse/Resist o Roots Bloody Roots en el medio, casi como si no extrañara su pasado. En su audacia para coordinar una fiesta de metal, regala covers e interpretaciones como los primeros acordes de Orgasmatron, una versión trashera de The Trooper (si, el de Iron Maiden) y algunos pequeños obsequios del estilo, como el tema completo As of Spades en honor al fallecido Lemmy Kilmister.
Max toca por casi dos horas con un descanso en el medio y el peso del tiempo se siente al final, no olvidemos que le faltan 4 añitos para los 50. En los últimos temas ya no grita, entona como puede Back to the Primitive y cierra un recital emocionante pero musicalmente humilde. Al público no le importa que su voz ya no sea la misma, todos cantamos y pogueamos al grito de “Roots” en una fiesta de metal apasionante que nos puso la piel de gallina.
