Metal y Religión: la encrucijada que ya no es tal
Comenzaré esta columna aclarando que como el Metal es un fenómeno musical y cultural del mundo occidental, y el cristianismo es la religión occidental por excelencia, obvia-mente nos detendremos en esta faceta del mundo religioso, y no analizaremos otras religiones como el islam, el budismo, el hinduismo, etc… aunque el fenómeno sociocultural de la globalización ha cambiado las reglas del juego, aun el Rock y el Metal no están tan arraigados en aquellas regiones, y sí ha dado mucha tela para cortar en este lado del mundo.
Desde un comienzo, digamos varios siglos atrás, la música oficial en Occidente era la música sacra, con el canto gregoriano, el canto llano y los neumas. Por lo tanto para la Iglesia, que fue El Poder Absoluto por muchos siglos, la única música válida era la música dedicada al Señor… desde el vamos la cosa ya empezó mal! Y empeoró con el correr de los siglos con la aparición de nuevos estilos musicales, acusados por la Iglesia de paganos o herejes, ya que mucha gente comenzaba a sentir la necesidad de expresar sus tristezas, iras, deseos, necesidades a través del canto y la música, fuera de los muros religiosos.
Pero con la llegada del Rock y el Metal a la sociedad, se produjo uno de los choques que mas tela ha dado para cortar… Ya sea por grupos cantando sobre el diablo, usando cruces de huesos invertidas como soportes de micrófono, sacrificando mujeres o animales en el escenario, o desde los sectores cristianos escrachando presentaciones, quemando discos, repudiando y denunciando a diversos artistas, cancelando festivales gracias a su poder de presión en los gobiernos o acusando a todo aquel que se aleje de sus cánones moralistas de «ovejas descarriadas», hay una buena razón para entender por qué se menospreciaban mutuamente. Y digamos que la cosa se descarrió en los países nórdicos con la llegada del Black Metal, quienes se encargaban de quemar iglesias y templos, o de atacar a los fieles al salir de misa…
Sin embargo, mas cerca en el tiempo, la relación se ha relajado, hemos visto que la visión desde los sectores cristianos sobre el Metal ha cambiado, pasando de ser un «engendro del Diablo» a verse simplemente como música (ruidosa y molesta para los que no comulgan con guitarras distorsionadas y doble bombo), así como hemos advertido desde el Metal la aparición de bandas que predican la palabra del Señor, o incluso artistas de primera linea dejando en claro su militancia cristiana.
En nuestro país podemos citar el caso emblemático de Logos, una de las bandas claves del metal argentino, que a fines del siglo pasado demostró que se puede ser metalero y militante cristiano, sin entrar en contradicciones. Esto abrió camino a la aparición de nuevas bandas como Lázaro, Boanerges, Halógena, o el mismo Ian en nuestro país… y mas a nivel global por citar algunos casos en las mas diversas ramas: Stryper (Heavy), Trouble (Doom), Jerusalem (Hard Rock), Whitecross (Heavy Rock), Mortifaction (Death), Horde (Black) o Deliverance (Thrash) que en cierto modo ayudaron a propagar el evangelio entre su público. Incluso artistas de primera línea como Dave Mustaine, Alice Cooper o Blackie Lawless, quienes vienen de una vida plagada de excesos y enfrentamientos ante las instituciones mas arcaicas de la sociedad, ahora hablan de su deseo de compartir la fe en Cristo.
Desde la otra parte, tampoco vemos como antaño a las iglesias cristianas (de la rama que sean) acusando a los artistas de soldados de Satán, manifestándose a las puertas de sus presentaciones o mandando a quemar discos por considerarlos la “Música del Demonio”! Mas bien por el contrario, se ve (sobre todo desde las evangélicas) el fomento al surgimiento de bandas que prediquen la palabra, con el Rock y el Metal como bases musicales, claramente desde un punto de vista estratégico: sumar mas jóvenes a sus filas, y acoger a aquellos que se han acercado y disfrutan del Metal, logrando de este modo sentirse completos, adorando a su Dios y a la vez disfrutando la música que aman!
Hablando desde mi punto de vista ateo, de adolescente solía tener cierto prejuicio respecto de cuestiones religiosas o espirituales, nunca me cerró el rol de las iglesias a lo largo de la historia, pero también siempre me chocó esa pose extrema de querer atemorizar cantándole a Satanás (cuando en realidad lo que debe atemorizar es una guerra química, o la expansión del hambre en el mundo). Pero esos prejuicios cayeron al escuchar el himno de Logos, “Marginado”, que concluye: “cuando te sientas cansado, y nadie escuche tu voz, Dios estará a tu lado para sentir tu dolor”. A partir de ese momento creo que se cayeron muchos paradigmas en el ambiente del Metal nacional, tal como Stryper o Whitecross lo hicieron a nivel mundial. Y de eso debe tratarse, de evitar prejuicios y acercar posiciones, evitando los sectarismos que solo restan en vez de sumar.-
- Publicado originalmente en revista Vientos de Poder n°10