Dream Theater pasó por nuestro país celebrando sus 40 años
Crónica del show vivido días atrás en el Movistar Arena
Eran las siete de la tarde y salía de mi trabajo, ansioso por lo que prometía ser una noche inolvidable. Dream Theater se iba a estar presentando en el Movistar Arena con un show que tenía impacientes a todos los fanáticos del Metal Progresivo y de la banda en cuestión. Es que se cumplen 40 años de historia de uno de los máximos exponentes del género. Además, se producía el regreso del baterista y compositor de la formación original, Mike Portnoy.
Cuando llegué, había bastante gente rondando la calle Corrientes. Pero la entrada fue fácil; no hubo largas filas y todos pudimos entrar con facilidad. Una vez dentro, el lugar estaba casi a la mitad de su capacidad y el flujo de gente entrando era constante. Las filas para comprar cerveza eran gigantes y el puesto de merch oficial estaba repleto. Cerca de las 20:00 fue cuando apareció la banda invitada.

Lörhien abrió la noche
La histórica agrupación liderada por Emiliano Obregon ocupó el escenario con mucha energía y buen sonido. Vimos una banda con ya más de 20 años de trayectoria, muy profesional, y con mucha actitud para encarar la presentación. Su estilo varía desde el Hard Rock hasta el Heavy/Power Metal. Sonaron clásicos de su discografía como “Bajo la Cruz”, ”Aún sigo Latiendo”, “Muro de Silencio”, así como canciones de su último trabajo: “Gritos de Libertad” y “Fantasmas del Ayer”, que contó con la participación de Walter Meza, cantante de la mítica banda Horcas.
El vocalista Lucas Gerardo comentó que este había sido un gran año para la banda, y que en 2025 tenían fechas confirmadas en España. Además agregó de lo bien que suenan las bandas en el Movistar Arena, y que le gustaría una fecha en la que se congreguen bandas nacionales en dicho recinto. En eso, estamos totalmente de acuerdo.
Se abre el telón del teatro de los sueños
Apenas el reloj marcaba el paso de las 20:59, y a las 21:00 comenzaba a sonar una intro. El público estallaba en una ovación que explotó cuando cayó el telón, y sonaron los primeros acordes de “Metrópolis, part 1: The Miracle and The Sleeper” (Images and Words, 1992), cantados a coro por prácticamente todos los presentes. Se sentía en el aire la admiración y felicidad de la gente por una banda que, por más de 30 años, mantuvo el virtuosismo y la actitud en vivo.
Esto es palpable desde los primeros minutos del show, que continuó con las escenas 2 y 3 de “Metrópolis, part 2”: “Overture 1928” y “Strange Déjà Vu”, respectivamente. Ambos clásicos de la banda fueron festejados y acompañados en cada nota y progresión por las voces de los fanáticos.

Más de 12 mil personas se fundieron en un festejo y aplauso masivo. James Labrie saluda y comenta estar feliz de volver a Sudamérica, y que el tema que sigue pertenece a su álbum “Awake” (1994). Uno de los riffs más pesados, de la mano del excelso John Petrucci, azota el lugar e inmediatamente el público salta y acompaña el riff con un “eh, eh, eh!”. Se trata de “The Mirror”, y una vez más todos al unísono con la melodía de teclado de Jordan Rudess. El solo que sirvió de “outro” para esta canción pertenece a la canción “Lie” del mismo álbum.


Una vez más, Labrie saluda y agradece a su público, que ya antes de tiempo estaba alentando y coreando el nombre de Mike Portnoy, ya que esta gira marca el regreso del emblemático baterista. Tuve que pedir que se detuvieran porque la ovación parecía infinita. Labrie bromeó sobre invitar al público argentino que vaya a su gira a formar parte del show.
De repente, la oscuridad cubre el lugar y suena el poderoso bajo de **John Myung**, y el público enloquece con otro de los temas más agresivos y rápidos de la banda: “Panic Attack” del magnánimo “Octavarium”, que fue de lo mejor de la noche.

Movimiento constante
Ahora era el turno de la primera de las canciones de la época de Mangini, el baterista que tomó el lugar de Portnoy durante más de 10 años. La primera vez que vimos a Mike tocando una de las piezas compuestas sin su participación fue una versión de “Barstool Warrior”, con el agregado de sus emblemáticos fills y su actitud. ¡Gran versión!
“Hollow Years” fue interpretada en su versión demo del 96, que tiene la extensión de los solos de guitarra y teclado. El estribillo lo cantamos todos juntos, acompañando el sentimiento melancólico que tiene la canción.

Ni siquiera terminamos de aplaudir y festejar la canción cuando nos golpea el primer riff de “Constant Motion”, y el público empieza a saltar. Es una de las canciones más rápidas de Dream Theater, que tiene un verso a dos voces de pregunta y respuesta entre Labrie y Portnoy, levantando la energía de la gente que ya estaba eufórica. Casi se genera un mosh en un recital de Dream Theater, algo impensado dado el estilo de la banda, pero la fama del público sudamericano nos precede.
Sin dar descanso, siguió “As I Am”, otro de los temas pesados y de los más conocidos de la agrupación. De nuevo, el salto y el agite tomaron control del lugar; el festejo fue ensordecedor. Labrie anunció que venía una pausa y que pronto continuarán con el show.

Pasados los 15 minutos del descanso, en las pantallas se mostraron imágenes relacionadas con todos los discos de Dream Theater, y el show continuó con su primer adelanto de lo que será “Parasomnia”, su nuevo trabajo. Se estudió “Night Terror”, muy bien recibido por su público, que ya se sabía la letra. La siguiente fue un verdadero clásico: “Under a Glass Moon”. La energía en este punto era desbordante; tanto los músicos como el público estaban sonriendo y dándolo todo. La sección instrumental de la canción fue un despliegue de las habilidades de cada uno de los músicos, como venía siendo todo el show, en realidad.


Para la siguiente canción, las revoluciones bajaron para dar paso a una pieza más contemplativa y calma: “This Is The Life”, la única canción de “A Dramatic Turn of Events”. Este ambiente se mantuvo para la siguiente canción, “Vacant”, donde se pudo apreciar el rol que cumple Labrie en una agrupación como Dream Theater, siendo un intérprete increíble que le da un toque humano a la ecuación, transmitiendo fragilidad, ira o cualquier sentimiento que las canciones necesiten. Esto demuestra por qué, a pesar de los problemas que tuvo con su voz a lo largo de los años, merece estar donde está; bien merecida la ovación del Movistar Arena completo.
Así como en el disco “Train of Thought”, “Stream of Consciousness” vino automáticamente como un instrumental donde queda plasmado el virtuosismo de cada uno de los músicos. Es una montaña rusa de progresiones metálicas que parece hipnotizar al público, que observa obnubilado por la destreza de los músicos.


“Nos movemos en círculos,está historia termina donde empezó”
Con más de 2 horas de show, Dream Theater y su público comparten la misma emoción y energía. El resto de los músicos se ausenta del escenario unos minutos, dejando solo a Jordan, iluminado por láseres verdes, tocando las primeras notas de la intro de teclado de “Octavarium”, la pieza que cierra el disco homónimo del 2005, considerada por muchos como su obra maestra.
Con 24 minutos de duración, es una oda al rock progresivo que, por momentos, tiene progresiones jazzeras, con un concepto lírico y musical que se conecta con las 8 canciones que conforman este álbum. Es realmente un viaje, y creo que hablo por todos los que estuvimos presentes cuando digo que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando llegó el momento en el que la pieza está llegando a su clímax y **James Labrie** grita: “Trapped inside this octavarium!”. Uno de los momentos más altos del show, sin duda.

El recorrido por la discografía de la banda continuó con dos escenas más de “Metrópolis Act 2”. En este caso, “Scene 6: Home”, que tuvo como intro un clip de la escena de “There’s No Place Like Home” de la película “The Wizard of Oz”. También tuvo un pequeño solo de batería en el cierre de la canción, que fue uno de los momentos más festejados de la velada.
Ahora llegó el momento de más conexión, dado que pareciera que todos compartimos el mismo sentimiento melancólico. Lo pude ver en las caras de cada una de las personas que me rodeaban y en la de todo Dream Theater también: “Scene 8: The Spirit Carries On”.


“Where did we come from? Why are we here? Where do we go when we die?” es una canción que toca una fibra sensible, tanto por la letra, que yo creo que en algún momento de la vida de todos es algo que nos interpela, dado que habla de la muerte y qué pasa después de la misma. Fue un momento realmente emocionante, todos cantando juntos con lágrimas en los ojos. Nunca había visto algo así, además del increíble y sentido solo de Petrucci, que siempre deja a todos boquiabiertos.
Y el épico cierre llegó de la mano de “Pull me under”, un clásico indiscutido, la primer canción de su segundo álbum. Y así por última vez en la noche, cantamos y saltamos este auténtico temazo de Metal Progresivo, que terminó con una ovación gigante, y la promesa por parte de la banda de volver pronto. ¿Será probablemente presentado su nuevo álbum? ¡Estaremos atentos!
Agradecemos a Andrea y Sofía, de C+G Prensa y Comunicación, por permitirnos asistir a tamaño evento como medio de prensa acreditado.

Crónica: Luca Naveira
Fotografías: Candela Allende
