El mensaje que Ricardo Iorio nos dejó oculto en su tema más festivo
En este día tan especial, y al conmemorarse el segundo aniversario del paso a la inmortalidad del padre del metal nacional, nos permitimos en este medio analizar en profundidad la poesía de un artista que marcó generaciones. Ricardo Iorio nos dejó expuesta una filosofía tan sólida como mandamientos bíblicos.
Teníamos cientos de himnos para elegir pero terminamos deteniéndonos en una de sus canciones más felices. Muchos oídos poco acostumbrados a los ruidos intensos del metal creyeron, estúpidamente, que Ricardo cargaba odio y agresividad en sus letras. Sin embargo, si bien sus primeras etapas estuvieron atravesadas por la rebeldía y la combatividad, con el tiempo su filosa pluma se orientó hacia la crítica social, la superación personal y la amistad, entre otros temas más íntimos que marcaron el final de su obra.
Sin más preámbulos, los invitamos a reflexionar junto a nosotros y perdernos en la exquisita lírica de un hombre que, con sus aciertos y contradicciones, nos regaló la belleza más pura de una obra emocionante.
“Yo convidándote a mi fiesta estoy
Metal pesado argento de vientos fueguinos”
Ricardo definía esta canción como una invitación. Lejos de lo que muchos creen, el contexto de los fanáticos de este estilo musical es un ambiente de fraternidad y amabilidad. Si tuviera que recordar mis días de juventud junto a mis amigos antes de un recital, esta frase sería la que me transportaría a ese momento.
“Sé que los vecinos se quejarán
No te cortés si la patrulla está en la puerta”
Los “vecinos”, creo yo, representan a los de afuera, aquellos que ven este ambiente como hostil y juzgan desde la ignorancia, tratando de arruinar la celebración. Ricardo Iorio comienza pidiéndonos calma si la situación se complica. Mientras otros estilos de la época incitaban a enfrentarse con los uniformados, Iorio nos pedía serenidad.
“Si no hay ortiva, todo va a estar bien
Flores quemándose perfumarán el balurdo”
Con “ortiva” utiliza el lunfardo para referirse a alguien antipático o que arruina la diversión del grupo. Enseguida enmarca el ambiente con la imagen de flores que perfuman el lugar, una clara alusión a la marihuana, sin dejar pasar la oportunidad de volver a usar el lenguaje popular.
“Risas ciertas de libertad que da el Dios vivo
Más no el gobierno de turno”
Ricardo eleva aquí los valores de la libertad humana, advirtiendo que ese sentimiento proviene del “Dios vivo”, de lo intangible que rige el universo: esa atmósfera espiritual que nos hace sentir plenos cuando compartimos con los nuestros momentos de liberación, asado, vino y música. Es un pequeño y formidable guiño para que el oyente distraído recuerde que la libertad no la otorga ningún gobierno, sino que nace de nosotros mismos.
“Todo sigue igual. No te desalientes
Lo predijo Cambalache ayer”
Una vez más, destacan sus marcadas influencias nacionales. La referencia al tango “Cambalache” nos remite a esa frase lapidaria: “el mundo fue y será una porquería”. Frente a eso, Ricardo nos tranquiliza recordándonos que la historia es cíclica, que todo vuelve una y otra vez. Nos anima a comprenderlo y acepatarlo sin perder la libertad.
“No te me zarpes, ni te me arrebates
A fuego lento te asarás mejor”
Desde el lunfardo, vuelve a pedir calma, usando una metáfora del asado para transmitir que no hay que apresurarse: todo llega a su debido tiempo.
Si escuchaste este tema tantas veces como yo, sabrás que aquí entra soleando el Tano, con un pasaje de guitarra tan desmedido como brillante. Nos regala un paseo radiante en un tema impecable.
“Todo sigue igual. No te desalientes
Lo predijo Cambalache ayer”
El estribillo vuelve, como la historia misma que se repite una y otra vez. Ricardo nos recuerda que otros antes ya lo advirtieron, y que, a pesar de las adversidades, la felicidad depende de nosotros mismos.
“No te me zarpes, ni te me arrebates
A fuego lento te asarás mejor”
He escuchado mucha música en mi vida y con el tiempo aprendí a valorar la poesía de Iorio. Mientras otras bandas, como Nirvana, nos decían que “es mejor prenderse fuego que apagarse lentamente”, Ricardo nos enseñaba que ese no es el camino. Con el tiempo sus palabras vuelven con más fuerza que nunca: A fuego lento te asarás mejor.
Es inevitable emocionarse al analizar sus mensajes. Una vida entera dedicada a sostener una bandera de fidelidad y honestidad no puede resumirse en un simple análisis. Fue difícil escoger una sola canción para conmemorar esta fecha, pero necesitaba compartir mi visión para que ustedes también compartan las suyas. Quizás, en el contexto de un asado cargado de libertad y buena música, tal como lo predijo Ricardo. Y así, el ciclo volverá a empezar.
