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Hace un año, Ricardo Iorio partía con rumbo al abra…

Hoy 24 de octubre, recordamos a la figura mas relevante de la escena metalera nacional

A un año del fallecimiento de Ricardo Iorio, es difícil no detenerse a reflexionar sobre la figura de un hombre que dejó una huella imborrale en la cultura nacional. Pionero del Metal Pesado en Argentina, no solo fue músico, también fue un caudillo de la resistencia cultural. Un hombre que encontró en la música una herramienta de denuncia, de lucha y de reivindicación de lo nacional. Sus letras, tanto en V8 como en Hermética y Almafuerte, dieron voz a los olvidados, a los marginados. Con estas plasmó una poética que resistió y resistirá el paso del tiempo y las modas. No seria en vano tampoco afirmar que su obra fue la puerta de entrada, para muchos, al mundo del Heavy Metal.

Su origen humilde lo convirtió en un portavoz auténtico de la clase trabajadora, entendiendo de primera mano las carencias y las luchas de los sectores más postergados de la sociedad. Desde su juventud, Ricardo supo capturar ese sentir de quienes veían en su música una forma de rebelarse contra un sistema que les daba la espalda. No fue simplemente el sonido crudo y pesado de sus composiciones, sino la lírica, la verdad descarnada que transmitían, lo que hizo de Iorio una figura tan influyente para una juventud que (durante plena post-dictadura y luego durante el neoliberalismo reinante) buscaba una salida, una esperanza.

Sin embargo, Ricardo Iorio también fue un hombre lleno de contradicciones. Como lo son todos aquellos que, a lo largo de su vida, nunca tranzan con lo fácil o lo políticamente correcto. En sus últimos años, muchas de sus declaraciones causaron controversia o desdijeron lo que antes había expresado en grandes canciones, y algunos intentaron reducir su legado a estas polémicas. Pero su grandeza no reside en los errores, sino en la lucha incansable por mantener su verdad, por no rendirse ante los mandatos del mercado y la cultura hegemónica. El caudillo, como aquellos grandes de nuestra historia, estuvo siempre manchado de barro, pero su esencia fue siempre pura: la de un patriota que no abandonó sus ideales.

En Almafuerte, su proyecto más personal, Ricardo terminó de consolidar una poética que hablaba del ser nacional, del arraigo a la tierra, de la defensa de la identidad. Su álbum «Toro y Pampa» es quizás la mejor expresión de esa búsqueda por lo auténtico, por lo propio, en tiempos donde lo globalizado parece devorarlo todo. Iorio, con su música, fue un constante recordatorio de que hay valores inmutables. Que la patria, el terruño y la lealtad no son conceptos caducos, sino esenciales para cualquier pueblo que quiera resistir. Fuera de cualquier lineamiento antagónico.

ricardo iorio
Hace un año, Ricardo Iorio partía rumbo al abra… (Foto: FlorOjoRock)

A un año de su partida, Ricardo sigue presente en la memoria de aquellos que encontraron en su música un refugio y una guía. Su legado es complejo, como lo fue su vida. Pero no puede ser reducido a los desaciertos o a las controversias que marcaron sus últimos días. Iorio fue, es y será una figura clave en la historia de la cultura argentina. Alguien que nunca cedió ante las presiones del mercado, que nunca vendió su arte ni traicionó sus principios. Su voz, grave y poderosa, que despertó miles de conciencias, seguirá resonando por generaciones, porque su mensaje, el de la resistencia y el amor por este suelo, es eterno.

Foto de Portada: José Ormeño

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Agustin Di Mauro

Licenciado en Ciencias de la Información (UNC), especializado en medios gráficos y digitales. Redactor y editor de Vientos de Poder desde 2012. Melómano apasionado del Metal. ¡Más Judas Priest, menos Poison!

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