Música y negocios: Kiss vendió todo a una empresa sueca

Se trata de PopHouse, reconocida por la creación de shows digitales

Cuatro meses después de despedirse de los escenarios, la tan legendaria como mercantilista banda Kiss ha vendido casi todas sus pertenencias: su catálogo musical, su marca, sus maquillajes y toda su propiedad intelectual. Fue a la empresa sueca PopHouse, cada vez más reconocida a nivel mundial. Los nórdicos están en boca de muchos por su activo relanzamiento de marcas artísticas, basándose en el uso de hologramas en los espectáculos, como el show masivo «ABBA Voyage», que mueve millones de dólares a la semana.

Show digital de ABBA, una de las más exitosas creaciones de PopHouse.

En este histórico acuerdo, la empresa nórdica se ha quedado con todas las participaciones de Kiss. Desde los masters de la grabaciones, hasta los derechos de publicación, pasando por los personajes Demon de Gene Simmons y Starchild de Paul Stanley, y sus respectivas pinturas faciales. Si bien los términos financieros de la transacción no fueron revelados, se corrió el rumor desde algunos medios internacionales de que a los músicos/empresarios se le pagarán más de 300 millones de dólares. Definitivamente todo tiene un precio, y más cuando se trata de Simmons y Stanley, ¡los negocios son los negocios!

Con esta flamante adquisición, Pophouse se comprometió a «crear nuevos contenidos y experiencias para enriquecer el catálogo de Kiss para los fanáticos, antiguos y nuevos». Según explicaron, el objetivo es enriquecer y agregar valor a las marcas y artistas con los que se asocian. En un comunicado lanzado a la prensa, desde la firma resaltaron que «la inclusión y la comunidad siempre han sido vitales para la experiencia Kiss , y PopHouse se compromete a fomentar la estrecha relación entre la banda y sus devotos fans en el futuro».

Qué dijeron Simmons y Stanley

Al respecto, Gene Simmons, bajista y cofundador de Kiss, expresó: «Siempre hemos estado abriendo nuevos caminos en la cultura popular, y esta asociación garantizará que continuaremos haciéndolo en los años venideros. Porque lo que Pophouse está haciendo es romper las reglas». El histórico líder y fundador adelantó que ya hay varios planes en desarrollo. El show de los avatares que presentaron semanas atrás es uno. También se lanzaría una película biográfica y se crearía una experiencia temática de la cual no dieron muchos más detalles. «¡El futuro no podría ser más emocionante!», se entusiasma Gene.

Por su parte la otra cara del grupo, el vocalista principal y cofundador Paul Stanley, manifestó que la intensión de aliarse con Pophouse «está impulsada por el deseo de resonar eternamente en diversas facetas de la cultura global. Al embarcarnos en esta empresa, pretendemos tejer nuestro legado en el tapiz de mundos diferentes, asegurando que la experiencia Kiss continúe cautivando tanto a nuestros devotos fans, como a aquellos que aún están por descubrirnos. Esta asociación no es sólo un capítulo, es una sinfonía eterna de la inmortalidad del Rock ‘n’ Roll».

Kiss Digital
Los nuevos avatares de Kiss
Algunos antecedentes

Pero Kiss no es el único caso. Otros artistas como Bruce SpringsteenPaul SimonCyndi Lauper, Bob DylanStevie Nicks o Neil Young han vendido también recientemente los derechos de sus composiciones. Es que un buen número de firmas de capital privado están invertido miles de millones de dólares en la compra de catálogos de canciones.

La teoría que manejan, es que el aumento del streaming y los crecientes ingresos de la música, harán que las adquisiciones de derechos de canciones sean muy lucrativas a largo plazo. Incluso si vamos al caso de PopHouse, los suecos están recaudando alrededor de un millón de dólares a la semana, gracias a los shows digitales de ABBA, que se realizan a menudo en Londres.

Sin embargo, tampoco podemos sorprendernos, es nada más ni nada menos que otro síntoma del capitalismo tardío operando a nivel global. Si algo no para de reinventarse para embolsar cada vez más y más dinero en esta etapa de la historia, es el rubro de los entretenimientos. Y la música no está exenta de esto. Nisiquiera el Hard Rock, que nació como una contracultura, para que luego el sistema lo devore, lo digiera, y lo convierta en más negocios, más ganancias y más royalties para los grandes mandamases del mercado.

El arte bien, gracias…

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Agustin Di Mauro

Licenciado en Ciencias de la Información (UNC), especializado en medios gráficos y digitales. Redactor y editor de Vientos de Poder desde 2012. Melómano apasionado del Metal. ¡Más Judas Priest, menos Poison!

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