Crypta pasó por Uniclub y sentenció muerte colectiva

El pasado viernes 15 de diciembre se presentó la banda brasileña Crypta en Uniclub. Fue junto con una variopinta propuesta de bandas locales en el marco del «Heavy Noise Festival». A puro pulso de maldad, se atiborró el salón de Death Metal, mosh y headbanging. Desde Vientos de Poder, te contamos los detalles de una noche calurosa y no menos agitada por los pesados sonidos del Metal latinoamericano. 

Un prolegómeno ecléctico, pero eficaz

“El calor es enemigo de la civilización”. (F. Nietzsche).

“Metal rules, and if you don’t like it, die!» [El metal manda, y si no te gusta, ¡morite!] (Paul Baloff).

Son las 17 y salgo apurado del laburo para llegar a mi casa. Empapado en transpiración por un calor agobiante y una humedad que se acumula y se viene gestando hace semanas. ¿Cuándo acabará esta tortura? Esto voy cavilando mientras fantaseo en voz alta con escenarios apocalípticos de frío radical. Se me vienen a la cabeza enseguida piezas literarias universales: “Nuclear Winter”, de Sodom, y “At the Heart of Winter”, de Immortal. La lluvia, prometida hace días por los Ministerios del Clima, nunca llegó. No bien entro a mi casa, me bajo de una media botella de agua de una y me baño para volver a salir. No salgo a la playa a refrescarme (aunque sería bastante deseable), ni a buscar la sexualización progre bossanoviana de las garotas de Ipanema que canta, tristemente, Tom Jobim.

El plan de hoy es mucho más divertido que eso: me voy a reventar la cabeza con el Death Metal directo desde Brasil, porque hoy toca Crypta en Uniclub. Nada más y nada menos que la banda brasileña compuesta por dos ex Nervosa (Fernanda Lira en bajo y Luana Dametto en batería), además de las dos violas, Tainá Bergamaschi y Jéssica di Falchi. Esto mitiga casi in toto la sofocación de un calor insufrible.

Dead Whore

Como se trata del «Heavy Noise Festival», una edición que se viene repitiendo hace algunos años con bastante éxito bajo la mentoría implacable de Noiseground Producciones, la primera banda en abrir el surco de la malaleche es Dead Whore. Estos salen a escena a las 18.45. Son tan sólo tres personas arriba, lo suficiente como para desplegar un desmadre de sonido brutal a puro old school Death Metal. Esta trinidad tanática está conformada por Daiana Ramírez en voces y viola, Vitt en bajo y Gustavo en batería.

Intempestivos y casi sin saludar, Dead Whore inaugura la jornada con “Sentenced”, un tema que abre también su último trabajo de este año, «The Silence of the Grave». Sin mostrar ni un ápice de piedad ni menguar un brutalidad, así seguirían con “Abuse of corpse”, “Fragile existence”, “In the Dungeon”, “Turn to rot”, “The Silence of the Grave” de su EP homónimo mencionado «Supra», “Venerate Death” y un cierre de violencia alevosa, profano y anticristiano con “San Bartolome´s Massacre”. Así se despedían del escenario dejando la vibración y el pulso de una maldad eléctrica que haría muy difícil superar a quien le sucediera. 

Cernunnos

Tras unos minutos de espera, sale la siguiente banda prevista de la fecha. Cernunnos, quienes, muy por el contrario a la banda precedente, saturaron el escenario con una imponente e interesante propuesta estética y musical. La misma iba desde una violinista (Sara), de excelsa ejecución instrumental, hasta un flautín, cuyo miembro (Nicolás) también, en ocasiones, lo conmutaba por una gaita. De pronto, la tarde se tiñó de Folk, sin que eso hiciera recular siquiera ni un poco la potencia de la banda. Con un versátil cantante que hacía la veces de una prístina voz clara del bosque (Pablo) y que pasa, con increíble gimnasia y técnica vocal, al descenso más oscuro de la voz gutural. 

Cernunnos puso de relieve su propuesta estética y ratificó la escena Folk local de una manera increíble. Principalmente a puro despliegue de talento. Por algunos inconvenientes previos y por las tiranías del tiempo que, ladino, parecía pasar más rápido que de costumbre, apenas se fueron tocando cuatro temas. Pero fue lo suficiente para demostrar su potencia y abrir paso a las siguientes bandas de la noche.

V.I.D.A

Antes del templado Death Metal paulista de Crypta, no podía faltar el definitivo warming up de la noche. Era el turno de la ya consagrada V.I.D.A, que sale al escenario a las 20.30 con la imponencia de una banda que se ha ganado el respeto y el reconocimiento a base de prepotencia de trabajo, brutalidad y una incuestionable originalidad en su sonido. Nadie podrá negarlo y a las pruebas me remito. Hasta el cuerpo más consistente y robusto flaquea antes los sonidos aplastantes de V.I.D.A.

Un martillazo directo contra el alma. Ya previamente a su aparición en el escenario, un grupo no exiguo de personas con la casaca de la banda vitoreaba su nombre. Y así lo hace, impertérrita, unas de las trinidades más potentes del cono sur, abriendo su show con una violencia inusitada. En el segundo tema, “Acción, reacción”, el mosh en el centro del salón comenzó a revestir el agite digno de una fecha como esta. 

Envalentonado, Jorge Cybula (bajo y voces) pregunta al público, antes de comenzar a ejecutar “Almas”: “¿Se agita o no se agita?”. Audaz manera de provocar un agite que ya estaba consumado, pero que no dejó de arreciar. Así continuó su despliegue animal con “Guerrero”, “No hay opción”, “Espectadores de la masacre” y un cierre final y lleno de violenta alevosía que hizo interrumpir al sonidista con la música de corte: “Cortame la música, pá”. Así cierra una banda de la trayectoria y el calibre de V.I.D.A, marcando la cancha, su propio pulso y provocando a su público.

AGAINST 

A continuación, y con la misma solvencia que su par precedente, tampoco defraudaría. Haciendo headbanging al unínoso, irrumpen en el escenario Iván Monastirsky (en guitarra y voces), Sebastián Radrizzani (también en guitarras y voces), Charly Vlllalva (batería) y Federico Gerván (bajo). Una de las bandas de Thrash Metal combativo más recurrentes de la escena actualmente.

Y no es para menos, porque aquí lo ratificó nuevamente, con un público que replicó el mismo agite y mosh que con la banda anterior, y con el headbanging furioso de los presentes en los riffs trhasheros de la banda, con temas emblemáticos como “Contra”, “Soy Libertad” y “El encierro”.

La vibración de la superficie conmovía las piernas de quienes estábamos ahí, pero faltaba el plato principal.

Crypta sale al escenario: Death Metal al taco y que explote todo

“Siempre sucedía que la tierra sobre la que dormíamos estaba caliente” (“Talpa”, Juan Rulfo).

Son las 22.25 y el telón del escenario se despliega. Entre los vítores y el frenesí de los que estamos abajo, tres mujeres dan la espalda, levantando su brazo izquierdo, cuya muñeca lleva puesta un pañuelo rojo. Detrás de ellas, se llega a entrever una sombría Luana Dametto en batería con el semblante oscuro por la ausencia de las luces. Cuatro valkirias de la muerte anticipan una explosión con un gesto ominoso de combate. 

Toda esa tensión se sentía en el aire. Una fuerza belicosa pugnaba por salir y termina explotando cuando, al unísono, los cuerpos, antes quietos, se contornean para arrancar con “The Other Side of Anger”. Una expresiva Fernanda Lira alterna su rostro entre provocaciones viles, exhortos de arenga y sonrisas de placer y felicidad, a la vez que Jéssica di Falchi (guitarra) agita a un ya frenético público gritando “mova-se, caralho!!”.

Casi sin pausa, y con público completamente entregado a y tomado por las cadencias deathmetaleras del cuarteto paulista, arrancan el segundo tema con “Poisonous Apathy”, también, como su canción de arranque, de su último disco «Shades of Sorrow», y leitmotiv principal de una gira que pasó por varios terruños locales de su lugar origen (Sao Paulo, Brasil), Ecuador, México, Colombia y Uruguay. 

La trinidad continúa con “Agent of Chaos”, una suerte de excelsa balada de death metal que comienza con el diálogo de las dos violas, Jéssica y Tainá (Bergamanschi), que no escatimaban en arquar la cabeza en los momentos que arreciaban sus riffs. 

El cuarto tema sigue con la décimo primera canción de «Shades of Sorrow», “Lift the Blindfold”, que, con una críptica y hermética simbología rituálica, enuncia los inicios del desvelo ideológico, la resistencia y la rebelión violenta. 

El quinto tema toma las reminiscencias de su trabajo de 2021, «Echoes of the Soul», con el tema “Dark Night of the Soul”, momento álgido de la noche en la que un impertérrito fan (que estuvo desde las 19 sin moverse de la valla) despliega una gran bandera con la leyenda de la banda y el rostro de las cuatro integrantes. 

La potencia de estas cuatro mujeres no menguó ni un segundo, y así fue con los temas que se sucedieron, con “The Limbo”, el poderoso “Trial of Traitors”, “Under the Black Wings”, “Dark Clouds”, “Lullaby for the Forsaken”, “The Outsider” y un cierre alevoso con dos temas brutales, “Lord of ruins”, de su último trabajo, y “From the Ashes”. 

Crypta concluyó un festival que ya había comenzado con una inusitada violencia y una exultante celebración de Death Metal al palo. Tras una larga jornada de melodías y sonidos pesados, nuestros cuerpos, renovados, mostraban el brío de la escena latioamericana, herencia pesada de nuestra resistencia natural.

Agradecemos la deferencia de los impulsores del «Heavy Noise Festival», a saber, los responsables de Noiseground Producciones. Estos nos brindaron, como siempre, el privilegio de asistir como medio de prensa acreditado a tamaño evento, sin el cual esto no hubiera sido posible.

Crónica: Nico Alabarces
Fotografías: Facundo Rodríguez

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Nicolas Alabarces

Licenciado en Letras (UNC) y actualmente becario CONACYT en Filosofía Política por la Universidad Autónoma de México (Xochimilco). Tomado completamente por las cadencias malaleche, escucha Metal desde chico, cuando un amigo le pasó un cassette con canciones de Maiden, Hermética, Slayer, Metallica y Sepultura.-

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