I am Morbid: blasfemia de una noche a machaque y death metal

Una de las leyendas inaugurales del Death Metal planetario, Morbid Angel, bajo el comando de David Vincent y el salvadoreño Pete Sandoval, ora con su rebautismo I am Morbid, se presentó este martes en El Teatrito. La banda demostró, sólida y con una violenta soltura, cómo se despliega una noche perfecta de Death metal clásico. Desde Vientos de Poder, tuvimos el privilegio de asistir a una de las fechas más emblemáticas de death metal del curso de este 2023 lleno conciertos. Te contamos algunas cosas que pasaron en una noche inolvidable de agresivo headbanging. 

Un prolegómeno desde el más allá

“Prepare for the guardian of death

In the equinox of the abyss

At sunrise you shall sleep”

(“From Beyond”, Massacre)

17 de octubre: si acaso existe una lealtad más férrea y persistente, es la de los primeros cuerpos que comenzaban a llegar al lugar convocado para esta fecha. Semblantes conocidos y recurrentes de la escena del Metal extremo comenzaban la liturgia de la malaleche con las primeras latas de birra compradas en el chino de enfrente. 

Bajo la calma y repetitiva dinámica de la Ciudad de Buenos Aires, un núcleo de maldad se empezaba a concentrar en las aceras de Sarmiento al 1700. Concretamente en el salón de El Teatrito. La ciudad y los transeúntes continuaban con sus regulares diligencias, ignorando que en el centro de la ciudad porteña se gestaba una energía diferente…

“Prepárense para el guardián de la muerte”, reza un sintagma de un tema de Massacre (“From beyond”), otra banda de death metal coterránea y contemporánea a I am Morbid, con quien, junto a Leyendas-Historia (que se me permitan las mayúsculas iniciales) como Death, Possessed y Obituary, cristalizaron un género que marcaría un punto de inflexión en la historia del Metal extremo. Un nuevo sonido y un nuevo universo literario, desde luego. Pero también un nuevo sensorium, es decir, una nueva forma de experimentar el metal y el mundo mismo.

Las bandas soporte

Todos nos estábamos preparando para el guardián de la muerte.Pero su prólogo estuvo a cargo de dos bandas que se encargarían de encender y catalizar la manijas de los primeros en llegar. 

La primera en salir fue la de los platenses de Bestial Perception. Un verdadero martillazo de brutal Death Metal en la cabeza, con algunos intervalos técnicos, que demostraron, con sobrada soberbia, cómo se hace una buena banda de death metal en Argentina. Con un repertorio de 9 canciones, repasaron su producción más reciente, Pareidolik, con temas como “Ataraxy”, “Panoptik” “Akerbeltz”, “Regurgitating human flesh”, “Synchrotron” y “Monolith” para cerrar un primer prolegómeno excepcional.

La segunda banda de la noche fueron los emisarios de Misa Negra, quienes no recularon ante la violencia de sus colegas precedentes y, antes bien, arremetieron con más brutalidad a puro salm groove death metal. Se trataba, además, de una noche especial para la banda, que estaba en ocasión de la presentación de sus flamantes vocalista (Matías Ibáñez, cantante también en Monje y Catacomb) y bajista (Alejandro Olmedo), recientemente incorporados. 

Siendo exactamente las 20.10, arrancan el primer tema con “Entre montañas” para el warming up de una noche fatídica e iconoclasta. Le siguieron “Un trono de carne y sangre”, la canción homónima “Misa negra” y “Ahogado en tus sueños”. Para el anuncio de los siguientes dos temas, aparece un invitado que se suma como segunda voz. Se trata de Gonzalo, el cantante de Burden Rage, quien hizo arreciar el ya masivo headbanging de un público entregado a las cadencias del machaque con “Cáustico” y “Manumisión”. Tras casi 40’ de show, siendo las 20.50, ya todo estaba listo para la noche mórbida.

I Am Morbid: la caída del ángel 

El tumulto de gente, que comenzaba a concentrarse en el sector frontal y medio del salón, ya estaba descontrolada con el trabajo de las dos bandas precedentes. Son las 21.12 y el público espera, ansioso, la salida de una banda que es Historia. Cambia repentinamente la disposición de las luces y arranca la intro junto con la apertura del telón. Este mostraba, impertérritos, a los cuatro guerreros mórbidos del Death Metal. David Vicent en voz y las cuerdas de la clave fa, Pete Commando Sandoval en bata, Bill Hudson en primera viola y Richie Brown en segunda guitarra.

En una coordinación suiza, enganchan los compases de la intro con el comienzo de su canción inaugural, “Immortal rites”. Se oían los vitoreos de un público perplejo pero no menos extasiado por la emoción de tamaño acontecimiento. 

Un enorme circle pit se comenzó a formar en la parte central del salón. Saltos, corridas y revoleos de cabeza que seguían, alienadísimos, los machaques incesantes de un Pete Sandavoal endemoniado. La fiesta y el frenesí eran totales.

En una noche así, no pudieron faltar temas clásicos que testimonian la historia de los referentes que teníamos en frente. Como “Fall from Grace”, “Visions from the Dark Side”, “Pain Divine”, “God of Emptiness” o “World of Shit”.

La banda oriunda de Florida, EE. UU., repartió machaques sin escatimar brutalidad. Una verdadera iconoclasia atiborrada de malaleche y violencia que se sentía en cada rincón del salón. Esto hacía estremecer a cada unos de los amantes del death metal que estábamos ahí. Un ángel ha caído, pero la morbidez persiste.

Tras finalizar el show, los miembros de I am Morbid se tomaron el tiempo de compartir con el público un intercambio de saludos y fotos. Dicho gesto mostró la calidad humana y la humildad de una banda de grandeza con creces.

Agradecemos la deferencia de Noiseground quien nos brindó la posibilidad de asistir a tamaño evento, sin la cual esto no hubiera sido posible. 

Crónica: Nico Alabarces
Fotografías: Facundo Rodríguez