Regreso con gloria de Paul Di’Anno a Córdoba

El vocalista llegó por tercera vez a la ciudad mediterránea, con un show tan épico como nostálgico

El pasado domingo 4 de febrero, Córdoba recibió a un visitante ilustre. Nada más y nada menos que el gran Paul Di’Anno, vocalista original de las leyendas británicas Iron Maiden. Sin dudas, uno de los soldados más aguerridos de la incipiente escena del Heavy Metal mundial a fines de los 70’s, que casi medio siglo después, y con algunas limitaciones fìsicas a cuesta, no se muestra dispuesto a bajar sus armas.

Es que a los 65 años, «la Bestia» no parece decidida a dejar los escenarios, tal como se rumoreó estas última semanas. Sí se declaró ante la prensa dispuesto a concentrarse tanto en su recuperación física como en su carrera solista, volver a caminar será su próximo objetivo al finalizar el tour. Pero una cosa dejó en claro para alegría de sus soldados metálicos en Studio Theater: «No me estoy retirando. Esas son canalladas de algunos periodistas, tengo mucho aún por hacer. ¡Y odio estar rascándome el ombligo!».

Lo cierto es que la particular tarde de domingo encontraba el microcentro de Córdoba con las escenas típicas antes de un show de estas características. Muchas remeras negras desfilando por las veredas, chalecos con tachas, cadenas brillando al sol, grupos riendo y cantando algún clásico, hasta varias motos ruteras estacionadas cerca del ingreso. Recordemos que Paul Di’Anno es support (algo así como un amigo o allegado al club) de los Hells Angels, cuya sede local le dio una cálida recibida. Así ingresamos al lujoso Studio Theater, lugar que la incansable productora Metal Tempo había elegido para tan notable evento.

Juramento

La banda encargada de dar el puntapié inicial fue Juramento, una de las agrupaciones más lóngevas de Córdoba, que practica un Power Metal noventoso, con algunos tintes de Hard Rock. El tema elegido para abrir fue «Antiguo», enganchado con uno de los clásicos de sus 20 años de trayectoria: «El Día Después», que fue justamente coreado y celebrado por el pùblico. Sin dudas, uno de los himnos del Metal de Córdoba. Una de las sorpresas fue la utilización de una gaita por parte del guitarrista y uno de los fundadores, Pablo Mancini. Esta despertó tanto la sorpresa como la curiosidad de los asistentes. Según nos contaba el músico luego del show, este instrumento (casí inédito en nuestro país) irá tomando más protagonismo en las nuevas composiciones.

A la banda se la vio bastante ensamblada sobre el escenario. A la sólida base que conforman los también fundadores Federico De Bernardi y Adolfo Díaz, bajista y baterista respectivamente, hoy se suman en voz Ariel Ead, que les ha dado un impulso cualitativo en interpretación y melodías vocales, y la incorporación ya definitiva del guitarrista Mauro Danieli, un verdadero virtuoso de las seis cuerdas. Canciones como «Tierras Prometidas», «En el Valle de las Sombras» y «La Fe del Cruzado» fueron también muy celebradas por la parcialidad. El cierre llegó con «En la Cornisa» y «Colapso». Se retiraron ovacionados por un público que ya los conoce bien, y los esperaba con ansias en un escenario del calibre de Studio Theater. Una gran noche, para una de las agrupaciones más apreciadas de Córdoba.

Juramento en Studio Theater
Proyecto Grial

El local de a poco comenzaba a llenarse, cuando llegó el turno Proyecto Grial, liderados por el vocalista Pablo López, quien con el puño en alto saludó a la parcialidad y recibió una entusiasta devolución. El tema de apertura fue «Ritual», el cual fue presentado hace poco más de un año con un video clip oficial que se puede encontrar en Youtube (CLICK AQUI). Fue enganchado con uno de sus clásicos, «Grial», de su primer EP grabado en 2018, para luego regalarnos un clásico del Metal Nacional: «Como relámpago en la Oscuridad», de Logos. ¡El público más que agradecido! También presentaron material nuevo: «El Vuelo del Fenix», de gran aceptación. Es para destacar de esta agrupación de Heavy/Power Metal su cuidado por cada detalle. No solo desde lo musical, también lo visual es un elemento clave en el show que despliegan.

En lo que respecta a sus integrantes, gran aporte del tecladista Mauro Amaya, casi uno de los pilares en el sonido, que logra crear atmósferas épicas, tal como el género lo exige. No menos importante es la destreza del guitarrista Ivan Montenuovo, quien ingresó el año pasado, y se lo ve totalmente integrado tanto musical como escénicamente. Mientras que tanto el bajista Nico Moyano como el baterista Edgardo Medina aportan el profesionalismo y la solvencia, que toda composición musical, delicadamente elaborada, necesita. A Pablo por su parte se lo vio muy cómodo y desenvuelto, cantando dentro de su amplio rango vocal. En este escenario de primer nivel, se notó a las claras todo el intenso trabajo que hay por detrás. Se retiraron con otro cover: «Alquimia», de la banda Temple, seguido de «Puedes Creer» y «Héroes del Metal», y con el aplauso generalizado de un Studio Theater ya casi lleno.

Proyecto Grial en Studio Theater
La hora de la Bestia

Con algunas demoras por cuestiones de logística ajenas a la producción, al lugar y al artista (la silla de ruedas no pasaba por una de las puertas de salida del camarín) se abrió el gran telón negro, con la intro del album «Killers», «The Ides of March» de fondo, y la ovación ensordeciendo a los presentes. Allí estaba por tercera vez sobre un escenario cordobés ese mito viviente que es Paul Di’Anno, sumándose a la banda para cantar el íconico «Wratchild». El pogo y la locura se desataron en el recinto, ante esas espesas y agresivas líneas de bajo, y aquella salvaje y filosa guitarra sonando por encima. «Hola culi@dooooos!», saludó un alegre y enérgico Paul. ¡La hinchada estaba loca!

Esta vez llegó secundado por un selecto grupo de músicos nacionales: Pablo Soler (Tren Loco) y Joel Buffa (Pueblo Chico) en guitarras, Emanuel Wysocki (Tano Romano) en bajo, y Martin Soria (Matan-S.A.) en batería. Impecables las interpretaciones de los cuatro elegidos para acompañar a «la Bestia» en su gira por la Argentina. Realmente están a la altura de lo que este mito requiere. La nostalgia regresó con «Sanctuary», sencillo del primer álbum para la edición americana, seguida de «Charlotte the Harlot», enganchada directamente con «Murders in the Rue Morgue». El público enardecido comenzó a corear el típico «Olé olé… Di’Anno! Di’Anno!», pero Paul los frenó en seco, y expresó: «no se confundan conmigo, ¡no soy un puto rockstar! Esta es una reunion cordial entre amigos, asi que no coreen mas mi nombre. Solo soy un viejo loco entre ustedes, compartiendo sus canciones!».

Paul Di’Anno en Studio Theater

Para intentar bajar un poco los decibeles, llegó el turno de la melódica y sombría «Remember Tomorrow». Paul demostraba que si bien está sobrellevando algunas limitaciones físicas, eso no le impide seguir cantando con las mismas ganas que 40 años atrás. Ya es un hombre grande, con sus luchas internas, pero no por eso le mete menos garra a su actuaciòn. Porsupuesto, se quejó de que en el hotel donde estaba alojado se rompió el aire acondicionado, con el tremendo calor que estuvo haciendo, pero expresó que estar ahí con el público le hizo pasar el mal humor. Para no apagar el ambiente nostálgico y enérgico que se respiraba, los músicos largaron con el instrumental «Genghis Khan», y cuando muchos esperabámos que lo enganche con «Innocent Exile», nos cambió la bocha y lo conectó con la visceral «Killers», uno de los momentos cumbres de la noche.

El público no aprendió la lección anterior, y de nuevo comenzó a corear «Olé, olé… Di’Anno! Di’Anno!». Paul, ofendido, miró a la nada y dijo «¡This is bullshit!». Su gesto dejaba claro que no lo decía por humildad, sino por convicción. Si hablamos de Paul Di’Anno, estamos hablando de uno de los tipos más anti-pose de la escena mundial. Un verdadero anti-heroe del Rock, que reniega de cualquier tipo de pedantería o engreimiento. Para acallar a las masas, trajeron al espectro auditivo un tridente criminal: «Phantom of the Opera», «Transylvania» y «Purgatory». La gente, agradecida, no se animaba a corear el nombre de su ídolo. Luego de tremenda recorrida por los primeros años de Iron Maiden, Paul agradeció, y señaló que «el público latinoamericano es el mejor». Días antes había estado en Chile y luego Uruguay, donde según dijo, «el público allí fue grandioso, pero los argentinos los estában superando».

Como todo debe concluir, el final llegó con el inoxidable «Running Free». Aquel clásico donde Di’Anno habla sobre sus aventuras y travesuras de un adolescente del Londres de los 70’s. Una especie de retrato autobiográfico. El calor en el recinto era abrasador, pero los asistentes no dejaban ir a este maestro de ceremonias, que de buen humor regaló otras dos gemas: «Prowler» y un cierre épico con «Iron Maiden». La gente, más que agradecida, no se aguantó, y de nuevo empezó con el cantito «Olé, olé… Di’Anno! Di’Anno!». Pero esta vez la Bestia los miró sonriendo, y agradeció tanto cariño y aguante.

Decían que se retira, pero él aclaró que solo de hacer tributos a Iron Maiden… sin embargo, también reconoció que si no hace temas de la Doncella, el público lo patea, tal como le pasa a Ozzy osbourne con los temas de Black Sabbath. Esperemos que esto de la gira despedida realmente haya sido una estrategia de marketing de los productores. También esperamos que pueda terminar de recuperarse, y regresar a visitar estos escenarios que siempre lo reciben con los brazos abiertos. Impecable presentación de Paul Di’Anno, enorme apuesta de Metal Tempo, excelentes bandas soporte, un recinto de primera categoría. ¡En síntesis, una noche inolvidable para la escena local!

Crónica: Agustín Di Mauro
Fotografías: Florojorock

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Agustin Di Mauro

Licenciado en Ciencias de la Información (UNC), especializado en medios gráficos y digitales. Redactor y editor de Vientos de Poder desde 2012. Melómano apasionado del Metal. ¡Más Judas Priest, menos Poison!

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