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«Bonded by Blood»: el manifiesto del thrash más violento

Repasamos la historia de la banda y la llegada de su primer disco, «Bonded By Blood»

A fines de los setenta, en la soleada pero áspera Bay Area de California, surgía una escena que pronto cambiaría para siempre el curso del Heavy Metal. Entre los garages y bares del este, tres jóvenes, Tom Hunting, Tim Agnello y un guitarrista llamado Kirk Hammett, fundaban Exodus. Reclutando a Keith Stewart y Carlton Melson, completarían un quinteto de covers y alguna que otra composición propia. En aquellos primeros años, el grupo terminaría por dar su primera forma estable con los reemplazos de Agnello, por Gary Holt, Geoff Andrews como bajista e incorporando a Paul Baloff como cantante definitivo, desligando a Hunting de ese rol temporal.

Con Baloff al frente, la alineación de Holt, Hammett, Hunting y McKillop (que había tomado el bajo luego de cambios) comenzó a tocar mucho en vivo, afianzando su estilo agresivo, sus riffs veloces y una presencia escénica brutal. Durante esos años la escena del Thrash en la Bahía de San Francisco creció con bandas como Metallica, Death Angel y Testament. Con Ruthie’s Inn como centro principal de reunión y varios shows en locales pequeños, Exodus ponía a prueba su sonido y marcaba su camino. Sin embargo, Hammett dejó el grupo en 1983 para unirse a Metallica, lo que dejó a Holt como figura central para liderar el sonido y la composición. Rick Hunolt entra como segundo guitarrista, ayudando a consolidar el clásico dúo de guitarras gemelas.

"Bonded by Blood"

En el ’84, Exodus entró a los Prairie Sun Recording Studios para grabar lo que sería “Bonded by Blood”. La idea fue capturar la crudeza del directo, un caos controlado, sin sobreproducir. Productores como Mark Whitaker supervisaron la grabación, asegurando que la agresividad permaneciera intacta. Pese a esto, se retrasó su publicación por problemas con el sello y distribución, incluso hasta por el arte de tapa. Aunque estaba grabado en 1984, el álbum finalmente salió el 25 de abril de 1985.

El sonido es brutal. Guitarras filosas, bajo áspero, batería que golpea seco, y la voz de Baloff como grito de batalla, sin adornos. Canciones que desde el principio marcan la idea de atacar sin pausa.

La era de los reemplazos

Poco después del lanzamiento ocurrió lo inevitable: tensiones internas. En 1986, Baloff fue despedido debido a desacuerdos personales y musicales; Steve “Zetro” Souza, ex Legacy (que posteriormente fue Testament) fue llamado como nuevo vocalista. Con el nuevo frontman, Exodus editó álbumes como «Pleasures of the Flesh» (1987) y «Fabulous Disaster» (1989), con producción más pulida en ciertas partes, pero sin abandonar la brutalidad característica.

"Bonded by Blood"

A partir de entonces, la historia de Exodus se volvió una sucesión de regresos, pausas y reformaciones. La banda atravesó los noventa con poco espacio mediático, afectada por el auge del grunge y los cambios en la industria, pero jamás desapareció. En 1997, Baloff volvió brevemente para una gira que reafirmó el cariño de los fans más puristas, aunque su fallecimiento en 2002 cerró definitivamente ese capítulo.

El nuevo milenio trajo otro renacimiento: con el regreso de Holt, Hunting y la llegada del vocalista Rob Dukes, Exodus retomó el pulso con discos como «Tempo of the Damned» (2004) y «Shovel Headed Kill Machine» (2005), más modernos pero fieles al caos original. Este año, Dukes volvió nuevamente a ocupar el rol de vocalista, marcando un nuevo ciclo en una banda que nunca dejó de mutar.

"Bonded by Blood"

El legado

Hoy, «Bonded by Blood» es una pieza de museo y, al mismo tiempo, un archivo vigente. No solo fue el punto de partida de la banda, sino una referencia obligada para entender el ADN del Thrash. Su influencia atraviesa décadas y geografías: de la Bay Area a Sudamérica, de Overkill y Vio-Lence a Malón, Lethal o Serpentor. Todos, de una forma u otra, beben de esa energía primitiva.

La vigencia del disco reside en su honestidad brutal. No hay producción sofisticada ni pretensión artística: hay riffs, sangre y sacrificio. «Bonded by Blood» no buscó adaptarse a tendencias, sino sonar como aquel instante de garage en un barrio bajo de una familia promedio, haciendo simbiosis con la rebeldía de la juventud y transformándose en una patada al pecho a toda velocidad.

A cuarenta años de su grabación, el debut de Exodus tiene óxido pero todavía esta afilado, corta y lastima. En una época donde muchas bandas del género se domesticaron e incluso varias se evangelizaron, «Bonded by Blood» sigue recordando esa esencia que generó miradas incómodas entre los palos que observaban desde afuera.

Un álbum forjado entre la frustración, la amistad y la furia. Un testimonio de la Bay Area, antes de que esta se volviera el mito y se la entendiera como la cuna del Thrash. Un disco que todavía se hace sentir en cada escenario, donde alguien se anima a tocar más rápido de lo necesario.

Facundo Rodriguez

Facundo Rodriguez

Fotógrafo y redactor. Aficionado al cine y los viejos FX. Fana de los cómics y todo lo que pegue bien con el metal.

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