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Debut, nostalgia y agite: Horcas conmovió los cimientos de un Obras Sanitarias sold out

Crónica del histórico show realizado el pasado fin de semana

Un gran doble vínculo se dio la noche del 17 de agosto con un significativo acontecimiento: por un lado, la presentación del nada menos que décimo tercer trabajo de la legendaria banda de metal argentino, Horcas; y, por otro lado, su debut en el mítico Obras Sanitarias. A sala llena, Horcas conmovió los cimientos de todo el barrio de Núñez y dejó varias postales que quedarán grabadas en la retina de todos los presentes. Desde Vientos de Poder, tuvimos el privilegio de poder estar allí y te contamos todo lo que se vivió en una noche llena de emociones y agite.

El aluvión metalero argento

Como un 17 de octubre, pero esta vez en agosto. Llegué a las 19 horas a Núñez. La primera sensación tocaba fibras sensibles. Colectivos enteros con una turba de gente agitando vulgatas metaleras. Era así. Una suerte de barrabravismo metalero argento modificando el gen cheto que marca el diktat recoleto de los aledaños de zona norte. En una irrupción ostensiblemente violenta, el aluvión zoológico metalero se presenta una vez más, imponiendo su presencia auténtica y avasalladora. Con más de 50 años, caras adustas y marcadas por el tormento del cartón popular, los más tempraneros vivían las vísperas del show que iban a presenciar. Era nada menos que el núcleo duro histórico de Horcas, el que vio toda su trayectoria, todas sus modificaciones, el que presenció sus shows con Civile en Cemento. 

Al acercarme a Obras Sanitarias, la metamorfosis de la zona se hacía evidente. Las calles, usualmente tranquilas, estaban teñidas de negro. Desde lejos, ya se escuchaba el eco de las voces enérgicas, cánticos que mezclaban pasión y furia, una especie de himno tribal que resonaba con fuerza. El ambiente era una mezcla de adrenalina y camaradería, donde cada mirada cómplice entre los asistentes confirmaba que todos estábamos allí por la misma razón.

A medida que me acercaba a la entrada, la masa de gente se volvía más compacta. Los vendedores ambulantes ofrecían desde parches y pines hasta cervezas, fernet y choripanes, mientras los fanáticos se alineaban para ingresar, exhibiendo con orgullo las remeras de sus bandas de metal, mayoritariamente de Horcas. Era imposible no sentir la electricidad en el aire, esa energía que sólo se experimenta en un recital de esta magnitud.

El ingreso a Obras era un rito en sí mismo, con controles estrictos pero rápidos, donde los rostros de seguridad ya estaban acostumbrados a lidiar con el fervor metalero. Cada paso hacia el interior del estadio era un avance hacia la promesa de una noche inolvidable. Afuera, los últimos rezagados se unían a la marea humana que, poco a poco, iba llenando cada rincón del recinto.

A darlo todo

Darlotodo fue la banda seleccionada para inaugurar esta fecha histórica. Y no es fortuito. Se trata de una formación ciertamente novedosa, pero con integrantes que conocemos de la escena y de otras bandas de gran calidad. Estamos hablando de Lucas Aguirre (ex Génova) en voz, Rod Zamora en viola, Juan Massot en bajo y Penumbart en batería. Esta comunión abrevó de un gran tesón y derivó en una profesionalidad que se nota enseguida arriba del escenario. Con una est-ética dosmilera desde el cono sur, recuperando componentes korneros y linkinparkeros (permítaseme el nelogismo), Darlotodo nos ofrece un sonido ciertamente singular e igualmente potente. 

Con todo ese pulso encima abren el show. La noche comenzó con una energía vibrante en el recinto, cuando Darlotodo, la banda que había ganó popularidad a pasos agigantados y en tiempo récord, se hizo con el escenario. A pesar de su mentada juventud, la banda desplegó un sonido que resonaba con una madurez sorprendente. Su música, cargada de intensidad y pasión, no tardó en contagiar al público, que se entregó al pogo inaugural con una fervorosa energía.

A medida que Darlotodo avanzaba en su set, la atmósfera se llenaba de una expectación palpable. La banda, que parecía estar en su elemento, ofreció una interpretación potente y llena de vida. Con el cuarto tema de su lista, aparece la primea sorpresa y el primer momento destacado de la noche. León Pardo, el vocalista de Nvlo, se unió a ellos como primer invitado de la noche para interpretar «Dolor». Su presencia añadió una capa extra de emoción a la actuación, y el público respondió con entusiasmo a la inesperada colaboración.

Darlotodo (Foto de Archivo: Ema Vidal)

El show continuó con Knario de Plan4, que subió al escenario para interpretar «Apolaypsis». La combinación de sus riffs pesados y la energía cruda del tema hizo que la audiencia se moviera al ritmo frenético, manteniendo el ímpetu que Darlotodo había generado.

Pero el momento culminante de la noche llegó cuando Emi Rojas, de Simbiosis, hizo su aparición estelar para unirse a Darlotodo en un cover de «Roots Bloody Roots», de Sepultura. La interpretación fue electrizante y marcó el cénit del agite. El recinto se transformó en una ola de movimiento y fervor, con la multitud entregándose completamente al ritmo amazónico de la canción.

Para cerrar la velada, Darlotodo ofreció «La Venganza», una pieza que encapsulaba la intensidad de toda la noche. El final fue explosivo, con el público estallando en aplausos y agradecimientos, satisfecho y exhausto después de un show que había superado todas las expectativas. 

Pero todavía faltaba el momento que todos esperaban.

Darlotodo
Darlotodo (Foto de Archivo: Ema Vidal)

Un debut histórico y sin precedentes: Horcas en Obras Sanitarias

El reloj marcaba las 21:13 cuando las luces del emblemático estadio de Obras Sanitarias se apagaron, dando inicio a una de las noches más esperadas del año. La multitud, ansiosa y vibrante, comenzó a corear “Horcas olé olé” y “Baila la hinchada baila”, dos cánticos tradicionales del cancionero popular argentino que se mezclaban con la anticipación palpable en el aire.

El telón se levantó con un toque de dramatismo, y un temporizador a los costados del escenario empezó su cuenta regresiva desde 13, en referencia al décimo tercer disco de la banda. La tensión creció y, finalmente, cuando el reloj llegó a cero, Horcas irrumpió en el escenario con “Rompo el dolor”. La potencia de la canción, seguida por la intensidad de “Fuego” y “Cazador”, conformó una trinidad que encendió al público desde el primer acorde. La energía era palpable, y los fans se movían al unísono con cada riff.

Antes de lanzarse al cuarto tema, Walter Meza, el carismático vocalista, tomó el micrófono para compartir una anécdota cargada de nostalgia. Habló de sus días en los pagos Matanceros, recordando cómo él y sus amigos solían reunirse para ver a Riff. “Un amigo me escribió y me dijo: ‘Viste, la concha de tu madre, estamos haciendo lo mismo por vos ahora’”, relató Meza con una mezcla de emoción,  gratitud y la voz entrecortada, antes de introducir “Garras”.

El show continuó con “Mano dura”, “Sin lágrimas” y “Familia”, cada tema desplegando una potencia imparable y una puesta en escena que combinaba luces deslumbrantes con una sonoridad imponente. Horcas demostró por qué es uno de los pilares del heavy metal argentino, ofreciendo un espectáculo que fue, a la vez, una celebración de su legado y una afirmación de su vigencia.

Con una producción que incluyó efectos visuales y de iluminación que acentuaban cada momento del show, la primera parte de la actuación de Horcas no sólo cumplió, sino que superó las expectativas. La noche prometía seguir siendo un torbellino de heavy metal, con el público entregado a una experiencia inolvidable y a la altura de una banda que, con 20 años de trayectoria, sigue demostrando su fuerza y relevancia en el escenario.

¡Horcas vive!

La segunda parte del show de Horcas en Obras Sanitarias fue un despliegue absoluto de energía, emoción y metal argento en su expresión más pura y bruta. Después de una primera parte vibrante y potente, la banda continuó con una serie de momentos memorables que consolidaron su estatus como una de las bandas más importantes del heavy metal argentino.

Walter Meza tomó un instante para rendir homenaje a Willy Quiroga, el legendario frontman de Vox Dei, quien, a sus 84 años, decidió poner fin a una carrera musical ilustre. Meza destacó la importancia de Quiroga y su impacto en la escena del rock argentino. El tributo emotivo marcó un antes y un después en el show, y tras este reconocimiento, Horcas continuó con “Punto Final”, un tema que reavivó la intensidad en el recinto.

A continuación, la banda se lanzó sin pausa a “En la jaula”, un tema que hizo vibrar al público con un pogo frenético. El exhorto de Meza, “¡A ver ese pogooooo!”, transformó el salón en una marea de movimiento y entusiasmo, demostrando la conexión inquebrantable entre la banda y quienes estábamos ahí presenciando esta fecha histórica.

Con “Gritando verdades”, la energía continuó en ascenso. Los guitarristas, Lucas Bravo y el sempiterno Sebastián Coria, que ya habían cambiado sus instrumentos, ofrecieron una ejecución impecable que mantuvo al público en alto voltaje. Tras un breve interín, Meza aprovechó para presentar su último trabajo, El Diablo, un disco que él mismo describió como desafiante. Con un tono de orgullo y emoción, presentó a Lucas Bravo, la primera guitarra de la banda y, según Meza, “el mejor guitarrista de heavy metal de La Matanza y de toda la República Argentina”. Con esta introducción, se lanzaron a interpretar “Ciego para ver”, una pieza que culminó con el entusiasmo desbordante de Meza gritando: “¡Aguante Horcaaaaaaas!”.

Horcas en vivo (Foto Archivo: Shots by Far)

Horcas: pasado y presente

Meza continuó con un momento introspectivo, anunciando “Rabia”, otro tema del reciente álbum El Diablo. La expresión de rabia y pasión en la música se hizo palpable, y la intensidad del show llegó a un nuevo clímax. En un gesto simbólico, Meza levantó una copa de vino, In vino veritas, y la compartió con el público antes de interpretar “El Diablo”, el tema homónimo de su último trabajo que encendió el ambiente con su potencia.

El show siguió con “El infierno que inventas”, un tema que Meza utilizó para conectar con el público a través de un llamado a la unidad y el entusiasmo. 

Era el momento para tocar las fibras más profundas de la nostalgia. Con una diatriba de Walter Meza contra aquellos detractores de la banda, anunció un tema poco interpretado en el repertorio general de la banda, pero entrañable para el núcleo duro originario. La sala estalló extasiada con “Muerto en la calle”, un tema que evocó la nostalgia de los fans más antiguos. “Miserable” y “El juego” mantuvieron el ritmo frenético y la energía en su punto máximo.

Meza dirigió unas palabras emotivas, diciendo: “Elegimos todas las canciones que marcaron toda una época para nosotros y tal vez para ustedes”, antes de iniciar “El cambio”. El grito final de Meza, “¡Aguante el heavy metal argentino, carajooooo!”, resonó con fuerza y pasión, capturando el espíritu de la noche.

Horcas conmovió los cimientos de un Obras Sanitarias sold out

Los sueños hay que vivirlos

Tras un breve intervalo, Horcas regresó al escenario con “Golpe a golpe”, seguida por “Reacción”. “Saben que se viene una gran canción”, dice Meza. “En un país hoy completamente desigual de muchas injusticias, vamos a hacer Argentina, llenando un Obras Sanitarias a puro heavy metal”. “Un tema que habla sobre combatir al capital”, concluye Meza. Se trató, en suma, de una franca diatriba contra los tiempos liberales que se viven, que anticipó a “Argentina”.

La intensidad del show no disminuyó con “Esperanza”, que mantuvo el agite a un nivel alto. En un gesto entrañable, Meza permitió que un pequeño fan, un chico de menos de 12 años, subiera al escenario para cantar, un momento que capturó la esencia de la conexión entre la banda y sus seguidores. “Vence” cerró el segmento anterior, reavivando la llama de la pasión metalera.

Como es costumbre en sus presentaciones, Horcas reservó para el final “Solución suicida”, un tema que dejó a la audiencia extasiada, con Meza arrojándose al público en un acto de entrega total, pese a los bondades de su peso. La banda continuó con “Sueños”, un himno a vivir el presente, antes de culminar su épico show con una Institución del Metal Argentino: “Destrucción”, de V8. Después de más de dos horas de un show arrollador, Horcas dejó el escenario con una energía demoledora, reafirmando su estatus como una leyenda viva del heavy metal argentino.

Agradecemos, una vez más, la gentileza y la deferencia de Gonna Go! producciones, por confiar en nosotros como medio de prensa, y sin las cuales jamás habríamos podido presenciar y disfrutar de tamaño evento. 

Obras Sanitarias
Horcas conmovió los cimientos de un Obras Sanitarias sold out

Crónica: Nicolás Alabarces

Nicolas Alabarces

Nicolas Alabarces

Licenciado en Letras (UNC) y actualmente becario CONACYT en Filosofía Política por la Universidad Autónoma de México (Xochimilco). Tomado completamente por las cadencias malaleche, escucha Metal desde chico, cuando un amigo le pasó un cassette con canciones de Maiden, Hermética, Slayer, Metallica y Sepultura.-

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