Informe

Omen, los padres del Power Metal Americano

Varias leyendas se forjaron durante la década dorada, y es gracias a tres discos emblemáticos, que los californianos Omen dejaron su nombre marcado a fuego en la enciclopedia del Heavy Metal: “Battle Cry” de 1984, “Warning Of Danger” en el año 1985, y “The Curse” en 1986. Si bien nunca llegaron a ser masivos, es uno de los llamadas grupos de culto entre los heavymetaleros a nivel mundial.


Fundados en 1983 por el guitarrista Kenny Powell (ex Savage Grace), cuando en la costa oeste de los Estados Unidos el Glam Metal era el género reinante, los Omen se inclinaron hacia un Heavy Metal Clásico con tintes de lo que serían luego el Speed y el Thash Metal, que comenzaba a latir en la Bay Area con importantes proyectos como Metallica, Dark Angel, Testament o Slayer, los cuales pocos años mas tarde patearían el tablero.

Las influencias tempranas de Powell y sus socios las encontramos en los primeros álbumes de Iron Maiden, UFO, el gran Maestro Ronnie James Dio, Motörhead o Rainbow. La primera formación incluyó al cantante J.D.Kimball, al bajista Jody Henry y al baterista Steve Wittig, firmando en 1984 con Metal Blade Records, y grabando su álbum debut: “Battle Cry”, un disco pionero en lo que se considera Heavy Metal Tradicional Estadounidense, o también denominado Power Metal Americano; grandes duelos de guitarras, una voz clara de rango medio, batería y bajo cabalgando en las bases, aunque en algunos pasajes podemos escuchar algunas muestras de lo que sería luego el Thrash Metal. El éxito conseguido los llevó a lanzar, “Warning of Danger”, un año mas tarde, por muchos considerado el mejor trabajo de Omen. La maduración en el sonido fue la clave, junto a la atmósfera épica que lo conecta desde el principio hasta el fin, y el acercamiento a lo que pasaba en Europa, con grandes melodías vocales, de suaves a agresivas, guitarras harmonizando en los puentes y bien aguerridas en las bases, y cambios de tempo muy bien ejecutados.

En 1986 entran a Capitol Records y logran dar el salto llegando a más países, incluido Japon (donde llegan al puesto 14 de los charts), con el lanzamiento de “The Curse”, un disco mas técnico, con el que comienzan a levantar con mas fuerza la bandera del Heavy Metal Tradicional, resistiendo el impulso de seguir una de las dos corrientes de moda en la Bay Area, que se dividía entre la escena glamorosa con bandas como Guns n’ Roses o L.A.Guns, y la escena mas callejera con Metállica, Testament o Exodus. Poco tiempo después J.D. Kimball da un paso al costado por diferencias conceptuales con el resto de la banda, y es el primer cambio serio, ingresando en su lugar Coburn Pharr para grabar en 1988 “Escape to Nowhere”, el disco fue un éxito en las listas de los Estados Unidos, pero poco tiempo después el vocalista deja el grupo para unirse a Annihilator.

El quiebre de la dupla Powell-Kimball sin embargo nunca terminó de cicatrizar, y la temprana salida de Pharr se juntó con la ruptura con Capitol Records, dejando a los californianos inmersos en una crisis interna. Finalmente, la llegada de la nueva ola musical fue el tiro de gracia para que la banda se termine separando en 1989.

En 1996, Powell con Kimball deciden revivir a Omen, regresando a las formula que les dio los mejores resultados, junto con Andy Haas en bajo y Ricky Murray en batería, pero desgraciamente al vocalista le detectan un cáncer, cuyo tratamiento le impide dedicarse de lleno a la banda, por lo que ingresa en su puesto Greg Powell (hijo de Kenny) en voz principal y guitarra rítmica. Así en 1997 lanzan “Reopening the Gates”, y giran por Europa. Pero este disco lejos estaría de revivir aquella banda de culto de los ‘80, y mas bien pareció un gesto de reverencia a las bandas reinantes del momento, en la linea del Grove y el Nü Metal. El trabajo pasó desapercibo para los seguidores de estos estilos, y fue visto como una traición por lo metaleros de vieja escuela. ¡Olvidable!

No volverían hasta el 2003, presentado a su nuevo cantante, Kevin Goocher, un veterano rockero de Dallas, cuando sale “Eternal Black Down”, un buen trabajo que intenta reivindicarse luego del tropiezo anterior, y que si bien devuelve algo de aquella esencia de antaño, no le llega ni a los talones a lo que fueron alguna vez.

La carrera nunca logró repuntar, y trece años después llega “Hammer Damage”, con un Goocher acabado de la voz, y un Powell que nunca logró torcer el rumbo. Lejos quedaron los tiempos de gloria. Muy distinta hubiera sido la historia si el maldito cáncer no se hubiera llevado al gran Kimball. De todas formas, debemos agradecer a Omen por habernos dejado esas tres joyas que sin dudas son un gran legado, y merecen la oída de cualquier apasionado del género!

«¿Cansado de bandas que lucen mejor que tu novia? TENEMOS LA RESPUIESTA!: OMEN»
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Agustin Di Mauro

Licenciado en Ciencias de la Información (UNC), especializado en medios gráficos y digitales. Redactor y editor de Vientos de Poder desde 2012. Melómano apasionado del Metal. ¡Más Judas Priest, menos Poison!

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