Lörihen, una mágica noche de emociones musicales
Los abanderados del Power Metal argentino presentaron oficialmente «La Magia del Caos»
Una noche emotiva se vivió el pasado 14 de septiembre, de la mano de una banda ícono del metal argentino y respetada por sus pares. Lörihen nos arrancó risas, lágrimas, euforia y más. León de Praga, Crepar y Rey Toro fueron las bandas invitadas a esta noche de gala. Las puertas fueron abiertas a las seis y veinte de la tarde.
León de Praga, y toda su elegancia musical
Cinco minutos antes de las siete, esta agrupación que fusiona distintos estilos como ser Rock, Hard Rock y algunos tintes de Funky, se encargó de a poco de elevar la temperatura del recinto. Ni bien se corrió el telón, la gente se acercó a la valla a sentir esa brisa cálida musical que emanaba de los instrumentos. Nos deleitaron con temas de su primer trabajo discográfico. La particularidad: las voces fueron grabadas por Germán Coutteret, primer frontman de la banda, ya no presente en este plano. El look que poseía el cantante actual iba acorde a la noche, de elegante sport y sin despeinarse recorrió ampliamente el escenario como si estuviera en su zona de confort. Pasados veinticinco minutos de las siete finalizaron el show.
Hard Rock directo a las costillas
Crepar salió pasados diez minutos de las siete y media de la tarde con toda su artilleria. Llegando desde el otro lado del Río De La Plata, pisaron el suelo argentino deleitándonos con un setlist ardiente, donde incluyeron temas clásicos de su extensa discografía. Aquí fueron muy bien recibidos por el público que cálidamente los hizo sentir como si estuvieran en casa. El estado de ebullición aumentaba cada vez más y ya eran escasos los lugares sin gente. Pasados diez minutos de las ocho finalizaron el show.
La garra charrúa al servicio del Heavy Metal
A las ocho y media salió el mayor exponente del metal uruguayo que data su creación alla por 1998. Rey Toro marcó una presentación demoledora, con toda la cadencia del Metal Pesado sudamericano sobre el escenario. En sus filas cuenta con nada más ni nada menos que con el virtuoso guitarrista Norberto Arriola que en años anteriores supo pisar nuestras tierras con su propio proyecto solista Nor. Él con sus intervenciones solistas endulzo los oídos de los presentes, y además la energica e imponente voz de Fabian Furtado que movió los cimientos del mítico Teatro de Flores y provocó un extasis en la gente que acompañó cantando y saltando sin parar. Diez minutos pasados de las nueve finalizaron el show.
Lörihen, emociones metálicas que tocan corazones y almas
Por último, se dió el momento más esperado de la noche. Las luces perdieron la batalla con la oscuridad y los riffs llenaron poco a poco el recinto. Tan potentes fueron, que lograron correr el telón y Lucas Gerardo en voces salió con su imponente presencia a iniciar el show alrededor de las nueve y media. A su derecha, Christian Abarca en el bajo. Detrás, Leo Dobao, con Johan Maximus a su lado. A la izquierda del cantante, el histórico fundador, referente de la escena, Emiliano Obregón. La ovación fue total y el inicio es enérgico, con «Gritos de Libertad», «El Último Eclipse» y «Cadenas de la Perversión», donde Lucas saludó al todo el público y agradeció enormemente su presencia en esta noche historica para la banda. Siguieron «Vencedor en la Derrota», «Ya nada queda» y «El Viaje».
No faltaron los himnos como «Bajo la Cruz» y «Aún Sigo Latiendo», con el público acompañando las melodías. Se sumaron a esta tanda de clásicos «Presa Facil» y «Cuando tus brazos caen». Tocó el turno de Emiliano de interactuar, donde se lo notó muy emocionado por el cariño del público. Haciendo un paneo con la vista a 360 grados, el recinto explotaba de gente, con todos uniendo sus voces y cantando cada estribillo alocadamente. Para completar la segunda parte del set, siguieron «Un santo en este infierno», «Muro del Silencio», «Mágica Mujer» y «El secreto más perverso», acompañados de Brenda Cuesta, vocalista de Bloodparade y primer invitada de la noche.
Una celebración al Metal Pesado
La parte final del show (aún lejos de terminar) Lörihen la inició con un sentido homenaje a los héroes de Malvinas, con el tema «Frías Islas», perteneciente al último disco, «La Magia del Caos». Dos ex-combatientes se presentaron en el escenario desplegando la bandera argentina y la gente con un grito de característico sentimiento patrio entre aplausos y vitores, agitó: «y ya lo ve, y ya lo ve… el que no salta… es un inglés». Tras un sentido abrazo entre los defensores de la patria, bajo el atronador sonido de un Teatro Flores completo aplaudiendo al unísono, levantaron las energías con «Libre como el Viento», donde invitaron a un gran grupo de niños que estaba disperso entre el público, a modo de expresar que son ellos el futuro.
Tras vaciar el escenario, otra figura icónica del Metal Pesado argentino se hizo presente: nada más ni nada menos que Walter Meza, con quien interpretaron «Fantasmas del ayer», provocando un furor inmediato. y como el show debía continuar, la última sorpresa se hizo presente: uno de los ex integrantes de la banda pisaría el escenario. Se sumó a la fiesta Javier Barrozo, para realizar un medley que incluyó a «Utopia», «Corazón» y «Traidor». Para el cierre, acompañados aún de Javier, interpretaron «Vida Eterna», distinguido clásico de Lörihen.
Una noche atiborrada de Metal hispanohablante, cargada de euforia y un claro mensaje de no bajar los brazos ante ninguna adversidad. El Metal es, como siempre, sinónimo de lucha y de empujar hacia adelante, sin importar las complicaciones que presente el camino. De eso también es símbolo Lörihen, claro ejemplo de permanencia en la escena hace casi treinta años, que refleja en cada una de sus canciones este sentido mensaje.
Crónica: Sergio Silva
Fotografía: Facundo Rodriguez