Heavy Metal, gore y comedia: Deathgasm, el cocktail que lo tiene todo

El joven Brodie se ve obligado a vivir con sus tíos, dos cristianos evangélicos que no entienden su gusto por lo satánico. Por suerte, Brodie conoce a Zakk, con el que forma una banda de Heavy Metal llamada Dathgasm. Cuando descubren una misteriosa partitura, convocarán a una especie de demonio.

Una película ridículamente metalera y grotesca

Año 2015, Jason Lei Howden se lanza al cine con su ópera prima «Deathgasm». Habiendo trabajado para Peter Jackson en su trilogía de «El Hobbit» como efectista, el director neozelandés nos presenta su largometraje debut como una oda a las primeras películas del cine de clase B.

Deathgasm

Una historia cliché, donde el metalero es la oveja negra de la familia. Sus únicos vínculos sociales son los pocos Metalheads y Nerds, que conforman una pequeña pandilla variopinta de criminales y frikis agrupados bajo una misma bandera. Son la minoría que pasan sus días a dieta de bullying y prejuicios. Es claro el tono referencial hacia películas como «Braindead» o «Bad Taste» de Peter Jackson, así como hacia la clásica «Evil Dead» de Sam Raimi. 

Pura comedia, con chistes en todas las escenas que para el entendido del género del Metal son correctos. Donde las escenas de violencia se empapan en creatividad, bizarres y sangre, acompañadas constantemente con un soundtrack que va del Thrash el Death Metal. Las referencias hacia las bandas del género no faltan, están no solo en los posters y remeras sino también en el sonido y los diálogos. Es una película hecha por un amante del Heavy Metal que emana metal en cada centímetro cúbico de sangre derramada durante el rodaje. 

Una banda de garage con un sonido diabólico

Brodie llega al pueblo y sus únicos amigos son un par de aficionados a «Dungeons and Dragons», elemento tan poco popular como el Heavy Metal en un pueblo tan cristiano. Conforme avanza su estadía, en la única disquería del lugar conoce a Zakk, otro fanático del Metal, pero absolutamente llevado por el camino de la rebeldía y delincuencia. Es con él y junto a sus amigos que forman su banda Deathgasm en el garage de su casa, donde atormentan a su tío cristiano con la música del diablo. Se enamora de una joven llamada Medina, quien hace la suerte de chica inalcanzable y popular en el colegio, pero que se interesa en Brodie y su música, tomando gusto por el Power Metal y haciéndonos saber que fantasea con ser una guerrera al mejor estilo Xena. 

Junto a Zakk, bajo actos de vandalismos logran robarse una serie de partituras que corresponden al “Himno Negro”, elemento que podemos considerar una mezcla entre la famosa “melodía del Diablo” y la supuesta, normalmente objetivo de bromas, “nota marrón”. Cuando la banda se propone tocar esta canción, el pueblo entero comienza a vomitar sangre y antes de que nos demos cuenta, la película se convierte en un mix de «Shaun of the Dead», «Evil Dead» y «Braindead»… escrita por George Fischer.  

Elementos serios y anécdotas oscuras llevadas a la broma

Desorientados y sin saber qué hacer, los metaleros buscan sobrevivir en un apocalipsis demoníaco que azota su pueblo. Mientras algunos se refugian y defienden con lo que tienen, Brodie y Zakk intentan revertir el conjuro que sumió al pueblo en el caos absoluto. La idea es tocar la partitura a la inversa, “al mejor estilo Halford” señala uno de ellos. Un claro guiño a la acusación que tuvo Judas Priest en 1988, de poner mensajes en sus canciones que animaban al suicidio de los oyentes. 

También contamos con la aparición de los cultistas, elemento antagónico en la película, quienes quieren la reproducción de la canción diabólica seguido de un sacrificio de almas para invocar a Aeloth, padre de los demonios, y desatar el infierno en la tierra. Esto, si bien responde a la fantasía de la película, se basa también en anécdotas reales, de las cuales se puede leer más en la autobiografía de Tony Iommi, “Iron Man: mi viaje a través del Cielo y el Infierno con Black Sabbath”, que incluyen varias anécdotas sobre el tema. Incluso sobre Anton LaVey, padre de la Iglesia Satánica, a quien el líder del culto diabólico de Deathgasm se parece bastante físicamente… 

Por último, en un diálogo entre Brodie y Medina, donde Medina plantea que los músicos de Metal son solo locos gritando en un micrófono, Brodie le explica que la esencia de la música, para él, se ve reflejada en que “la vida es mejor porque alguien más conoce el dolor y la furia que estás atravesando”. Esto es quizás el elemento que mayor repetición tiene en las películas sobre metaleros, tanto dramáticas, como musicales o de comedia, a causa de que es quizás el elemento más real y humano que se expresa globalmente en los oyentes del género. 

Una conclusión diabólica

«Deathgasm» no se puede tomar enserio. Comedia, clichés y sangre en cantidades. Básica de guión, predecible en todo momento. Sin embargo, funcional a sus efectos, entretenida en todo momento. La puede ver un metalero y va a entender minuto a minuto la gracia de la película. Va a divertir incluso a los no entendidos del género. Una banda sonora fantástica, con un trabajo técnico de rápidas tomas y coreografías a la altura. Bizarra, divertida y llena de alusiones a grandes obras del cine de clase B, que no se sienten un plagio para nada. 

Lamentablemente su parte 2, titulada «Deathgasm: Goremageddon», fue cancelada y el proyecto encajonado. No obstante, el guión está terminado y quizás, algún día, pueda ver la luz. 

En el siguiente link podes verla completa (en español latino) de manera gratuita: CLICK AQUI

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Facundo Rodriguez

Fotógrafo. Ex estudiante de cine y FX. Fan de la ciencia ficción y la literatura fantástica. Cada tanto escribo sobre lo que me gusta. No importa la rama del Metal, siempre que haya Metal sonando.

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