«School of Rock»: a 20 años de su estreno
En febrero del 2004 se estrenó en las salas de cine “School of Rock” , de Richard Linklater. Fue uno de los mejores éxitos de aquel año, está colmada de mensajes a modo de enseñanzas y además, es la película perfecta de Rock para todas las generaciones. Risas, nostalgia, y buena música, de la mano de Jack Black, abanderado del Rock en Hollywood.
Llegando a la escuela a tiempo
Dewey Finn (Jack Black) es un guitarrista con que espera que el éxito le caiga del cielo y que se cree la reencarnación de Jimmi Hendrix. Es expulsado de su banda, No Vacancy, al sabotear una presentación. Convive con su amigo, a quien le debe el alquiler, y que está a punto de dejarlo en la calle. Cuando a su “roommate” lo llaman para ser profesor suplente en un colegio de clase alta, Dewey decide robarle la identidad.
La clase a la que debe impartir conocimientos de los que carece es de quinto grado. Chicos que tienen entre 9 y 11 años, con unos modales más que correctos para sus edades. Con futuros exitosos por delante, hay un elemento que nadie en su entorno explota: la capacidad musical de cada uno de ellos. Cuando el falso profesor Schneebly los ve ejecutar una pieza de música clásica a la perfección, se le ocurre la mejor (o peor) de las ideas: formar una banda de Rock con sus alumnos.
La clase recién comienza
Así inicia la odisea de Dewey, buscando fomentar el interés musical del Rock&Roll en los jóvenes. Al día siguiente (el tercero) de clase, los alumnos se encuentran con un “set up” musical en el aula, y al profesor anunciando su próximo proyecto de clase: una banda rockera. Dewey les plantea el premio y las condiciones: competir como banda de rock para ganar una medalla de oro que les garantiza un pase directo a Harvard en el futuro. Siempre y cuando nadie se entere de lo que están haciendo, el proyecto se mantiene. Así, algunos de los chicos toman posición en las filas musicales de la banda. Otros, no tan talentosos, explotan sus conocimientos en otras áreas: iluminación, coros, estética, management, entre otros roles, mayormente de backstage.
No solo se limita a los ensayos, sino también a la historia musical: la tarea que los jóvenes tienen es escuchar clásicos tras clásicos para nutrirse de los mejores músicos de la escena. El grupo, absolutamente diferente entre sí, encuentra su punto en común en la música y se comienza a formar una camaradería antes inexistente. Una constancia de esfuerzo, donde además tienen que pelear con las problemáticas personales de cada uno.
La película sigue clase tras clase los ensayos de la clase, así como el progreso de los demás colaboradores, desde el diseño de los uniformes hasta el “management” de la banda. Esta es la esencia de la misma, y como se mantiene real hacia la música, tomada muy en serio pero a la vez, de manera cómica.
El Rock no tiene razón de ser
A pesar de que el núcleo central de la película es el camino de Dewey y sus pequeños secuaces para lograr el éxito musical, el escenario donde se desarrolla presenta las problemáticas que el profesor tiene que resolver y no dejar de lado. Estamos hablando de un colegio. Y en este caso, uno absolutamente estereotipado, de forma intencional. Un espacio donde el bullying, la vergüenza de los jóvenes, el miedo a defraudar a los padres por no hacer lo que ellos quieren, son cosas que están siempre presentes. No desarrollar una opinión personal, o incluso no pensar más allá de una calificación de exámen o un proyecto de ciencia, es algo que no tiene lugar en la formación de la clase. Acá es donde el protagonista se encuentra asistiendo a chicos tímidos, con miedo a mostrarse como son, a revelar su talento, por sentirse diferentes, por temor a defraudar a sus progenitores. Donde el elemento que lo muestra como “el fracasado” no es más que una cuota de humanidad. Tiene más calle, tolerancia y aceptación que el resto de los personajes de su edad, desde su amigo hasta la directora del colegio, quienes se muestran completamente reprimidos.
Obviamente, la mentira no puede sostenerse, y tarde o temprano, todo sale a la luz. Un cheque a nombre de su compañero de cuarto llega a su casa y es el verdadero Ned quien lo recibe. Los padres de los alumnos descubren que no hubo ningún tipo de avance académico y que sus hijos se limitan a hablar de música todo el tiempo. La novia de Ned lo denuncia y de repente, Dewey se encuentra corriendo por los pasillos del colegio con una turba de padres furiosos, directivos y oficiales detrás…
El exámen final
Sin embargo, la banda no lo abandona. Los chicos se las ingenian para escapar del colegio y buscar a su frontman para asistir a la Batalla de las Bandas. El proyecto de clase sigue en pie, y la banda, ahora llamada School of Rock imparte una masterclass de show en vivo. No triunfan, ya que el título ganador se lo lleva la ex banda de Dewey, No Vacancy. Sin embargo, la victoria es absoluta: el público aclama por la banda más jóven y rockera del evento, con todos los padres en primera fila, orgullosos por el logro de sus hijos. Las escenas finales muestran a Dewey en su departamento, ensayando un cover de AC/DC, “It’s a Long Way to the Top If You Wanna Rock ‘n Roll” junto a sus ex-alumnos, dándonos a entender que el proyecto continúa. Y así concluye una de las mejores comedias sobre rock que jamás se hicieron.
No bajar los brazos, perseguir los sueños, confiar en uno mismo y ser diferente. Si las cosas salen mal, no rendirse a la primera. Esos son los valores que Dewey le enseña a sus alumnos. Y esas son las mayores enseñanzas que “School of Rock” nos deja.
Encore: una serie de curiosidades y guiños del largometraje
- El guionista, Mike White, basó el personaje de Jack Black en él mismo. Eran vecinos y acostumbraba ver al músico y actor correr por los pasillos del edificio en ropa interior tocando canciones de rock. Además, Mike es nada más ni nada menos que Ned Schneebly, el roomie de Dewey.
- El uniforme de la banda, la forma de tocar, la guitarra del protagonista y una de sus canciones, son un absoluto homenaje a la gloriosa AC/DC.
- El actor que encarna a Zach, Joey Gardos Jr., fue detenido por robo cuatro veces en un mes. Entraba a las casas de música a probar guitarras y escapaba con ellas. Las empeñaba y con eso, pagaba el consumo que su adicción a las drogas le generaba.
- En las audiciones no hubo playback: todos los chicos cantaron y tocaron instrumentos de forma verdadera.
- Jack Black compuso gran parte de las canciones que se escuchan en la película, Además hizo un video para rogar a Led Zeppelin el permiso para utilizar Immigrant Song en la cinta. Sorprendentemente, la banda que lideraba Robert Plant aceptó la solicitud y concedieron los derechos.
Ficha técnica
Dirección: Richard Linklater
Guión: Mike White
Duración: 103 minutos
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